1. Deseo Liberado


    Fecha: 24/07/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Ben, Fuente: CuentoRelatos

    La mañana estaba siendo muy calurosa. Ben permanecía sentado en su silla como tantas otras veces. Había permanecido demasiado tiempo enfrascado en su trabajo y necesitaba dejar respirar a su mente. Levantó la mirada buscando un punto de relajación. Justo en aquel momento, Lea se levantó dos archivadores entre sus brazos. Sus miradas se cruzaron de forma fortuita. Ben sonrió y ella le copió el gesto tras lo cual se puso rápidamente a su tarea. Ben se quedó mirándola. Ella andaba hacia el armario de los archivadores mientras los ojos de Ben se clavaron en su culo. Aquel día lea llevaba unos leggins negros y una camisa larga del mismo color que le hacía las veces de vestido. Los ojos de Ben se perdían entre la parte baja de las redondeadas nalgas de la mujer, perfectamente marcadas en la fina tela del pantalón. A cada paso de Lea, sus nalgas se movían arriba y abajo, de forma excitantemente rítmica. Sin tener tiempo a pensar, Ben sintió un respingo en su pantalón producido por aquella visión.
    
    Cuando terminó de colocar los archivadores, Lea volvió sobre sus pasos para sentarse en su sitio. Ben seguía mirándola como hipnotizado por sus curvas. Sus ojos se posaron en el movimiento de sus piernas buscando una y otra vez el momento en el que las dos partes de la camisa aparecían tímidamente separadas para observar la luz que surgía entre sus piernas y que silueteaba periódicamente su sexo. Ben no escondió su mirada presa del encantamiento de la mujer, que no tardó en detectar la ...
    ... mirada del hombre clavada en su cuerpo. El descaro con el que Ben miraba a Lea hizo que la mujer sintiera un cosquilleo en la parte donde él había depositado sus ojos, como si aquel tuviese el poder de transmitirle su calor con la mirada.
    
    Lea se quedó mirándole con los brazos en jarra, como entre sorprendida y ligeramente avergonzada. Ben tardó varios segundos en saberse descubierto. En cuanto lo hizo levantó su cabeza y miró a sus expresivos ojos oscuros, Lea pintó una mueca de incredulidad en la cara y sonrió nerviosa. Ben le correspondió guiñándole un ojo con un gesto de satisfacción.
    
    Aunque eran repetidas, Lea aún no se había acostumbrado del todo a las miradas de Ben. Le provocaban una sorda excitación que, no sin cierta dificultad, hasta ahora había conseguido mantener ahogada. Aquel día fue de los difíciles. Ben continuaba teniendo en la retina el precioso trasero de Lea y ella se sentía observada por él. No hablaban, pero el deseo que Ben sentía por Lea se transmitió directamente de sus ojos, al más oculto de los instintos de ella.
    
    La mañana pasaba y aquel latente sentimiento entre Ben y Lea se ocultó. Ben intentaba mantener la concentración, pero el calor del ambiente le hizo necesitar aire fresco y salió de la oficina para poder liberar su mente. Pocos segundos después de salir de la oficina, un ruido al final del pasillo llamó su atención. El ruido parecía provenir del almacén. Ben se acercó para ver qué pasaba. Cuando Ben llegó a la puerta del almacén vio ...
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