Maduro vs jovencita 2 - Relatos Eróticos

Maduro vs jovencita 2

Después de culiar por seis horas, me regresé a mi casa, cansado con ganas de dormir.
Al día siguiente quedé en verme con Gaby e irnos a un hotel.
Noa encontramos en el elevador como de costumbre y tomamos camino a él hotel, este seria el segundo día que faltaría al trabajo y ella al colegio. Avisé que estaba enfermo en el trabajo.
Llegamos al lugar y pagué desde las 7:45 am hasta las 6 pm que salía del trabajo.
Llegamos y ella empezó  a desnudarse, mientras me besaba y me arrastraba a la cama, sus manos subían y bajaban por mi espalda, se dirigían hasta mi verga, y bajó su boca y se metió mi verga en su boca, uufff que deliciosa paja, me la chupaba hasta el fondo mientras que con sus manos me pajeaba, hasta los huevos me los lamia y chupaba, nadie me lo había echo así, ella sola hacía todo sin yo tener que guiarla, cuando empezaba a sentir las ganas de tirar la leche ella se daba cuenta y paraba. Y esperaba y volvia a pajearme.
Luego me acostó en la cama de un empujón, se montó en la pinga y empezó a cabalgarla, hasta sacarme la leche, y ella venirse.
Se puso en cuatro y  a bombearle el coñito hasta dejárselo rojito, oírla gemir, chillar y gritar me exitaba aún más, estaba muy arrecho, me vine otra vez y se la tiré en el culito.
Nos dormimos, y al poco rato me desperté por una rica mamada, me paró la pinga y se la clavó, me empezó a dar sentones hasta que pude sentir su coñito apretarme la verga, se estaba viniendo.
Ese día culiamos hasta más no poder. Dormimos y ...

... volvíamos a culiar. Hasta la hora de la salida.
Llegué a mi casa muy cansado pero me puse a analizar todo.
Las diferencia entre mi esposa y Gaby.
Tanto en lo físico como en el trato.
Mi esposa ya era una mujer de 50 años, sus tetas ya estabas más caidas y suaves, mientras que las de Gaby estaban paraditas, firmes y rositas, el coño de mi mujer ya estaba un poco flacido por dentro, y su vulva que antes era carnosita y firme, había perdido la grasa, mientras que la de Gaby, su coñito de aspecto infantil me tenía enloquecido, su cárente vello dejaba apreciar todo ese coño en su esplendor. Mientras que el coño de mi mujer no apretaba, el de Gaby, ahorcaba, tuve un shock de gustos y de ideas, jamás pensé que una chica tan joven podía ser tan diestra culiando, con Gaby podíamos hacer las poses que quisiéramos, lo que yo imaginará lo podía hacer con Gaby, ella era permisiva y cómplice, no encontraba una negativa de Gaby, siempre dispuesta a todo, mientras que con mi esposa solo me permitía el misionero o de lado, siempre ella con sueño y cansancio.
Mientras que con Gaby lo que se nos ocurriera lo haciamos.
Con el tiempo Gaby y yo nos veíamos muy seguido, y aunque sea dos horas culiabamos, deje de buscar y de rogar a mi esposa, y meses después mi mujer me reclabama porque yo ya no la deseaba. Empezamos a tener peleas y discusiones.
Hasta que un día en mi extraña mente empezé a considerar la idea de dejar a mi mujer y quedarme con Gaby.
Gaby empezó a ser mi confidente. Me empezé a ...