1. Un tipo con suerte - Mi iniciación sexual


    Fecha: 09/07/2018, Categorías: Hetero Autor: HombreConSuerte, Fuente: SexoSinTabues

    Siempre dije que en lo que respecta al sexo he sido un hombre de mucha suerte, si bien tuve mi inicio sexual grande, con el tiempo he tenido muchísimas experiencias, me he cogido más de 600 minas, más las que no puedo recordar por ser muy ocasionales y creo que estoy en condiciones de contar un poco algunas anécdotas reales de mi vida como cuando y como debuté por ejemplo, cosa que haré en este relato. Todo empezó un día cuando yo andaba por los 14 años, mi prima, hija de la hermana mayor de mamá, mucho mayor que yo de 18 años, al verme pasar junto a ella me agarra el bulto diciendo-pero qué tiro largo tiene ese pantalón- y siguió caminando como si nada Digo ahí empezó todo, porque quizás ella sin intención, despertó en mi sensaciones que no había sentido antes. Sabía algo de sexo, claro, pero muy poco como algo lejano, no me masturbaba, mi atracción hacia el sexo opuesto no llevaba consigo nada sexual sino ese amor empírico y hermoso se simplemente estar cerca o un piquito inocente. Con el roce de la tocada, se me empezó a parar la pija, sentí sensaciones que nunca había experimentado, confusas, así que empecé a preguntar en la escuela, a mis amigos de la calle, aprendí a escuchar más a los otros. De un primo algo mayor que se la había robado a su padre, conseguí mi primer revista porno, que recuerdo me impactó, pero me gustó. Aprendí a masturbarme y lo comencé a hacer asiduamente quizás en demasía. Después de un tiempo ya la paja no me alcanzaba, necesitaba más pero no ...
    ... sabía cómo conseguirlo ni qué necesitaba, imaginaba cosas pero nada en concreto. Así pararon un par de años hasta tener los 17, siempre vigilante, siempre mirón disimulado. Como todo alguna vez llega, también llegó eso que esperaba y no sabía cómo conseguirlo. Era Isabel, una vecina ya entrada en años, flaca, quizás hoy diría hasta fea, pero que se yo, en esa época y con mis lujuriosos ojos nada era feo si tenía grandes tetas e Isabel las tenia, grandes y caídas pero grandes , lo que la hacía centro de mis miradas continuamente. Tenía en el fondo de su casa un gran gallinero y por eso vendía huevos frescos que los vecinos compraban. Su marido era mucho mayor que ella y apenas caminaba ya, se quedaba todo el día en la habitación mirando televisión o durmiendo. Solo salía cuando alguna de las hijas –ya casadas- venía a buscarlo ya sea para pasear ese día, o para llevarlo por un par de días y dejar descansar a su madre, ya que a estar así provocaba mucho trabajo cuidarlo. Es de mencionar que este hombre era de muy mal carácter, aún en ese estado, siempre gritando, insultando y tirando golpes que ahora en su vejez nunca llegaban, dirigidos a la mayoría de las personas que estaban cerca. Con el tiempo me enteré que siempre había sido así agregando a su prontuario de vida lo de matón, golpeador y borracho. Isabel evidentemente se dio cuenta de mis miradas a sus pechos, así que un día cuando con mi madre fuimos a su casa a comprar, aprovechó un momento en que estábamos solos para ...
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