1. Mi perra en el súper...


    Fecha: 23/07/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: caroltruco, Fuente: RelatosEróticos

    ... coñito también puso cachonda a la empleada, que se había abierto la blusa para meter la mano y sobarse las tetas intentando aliviar el calentón. Su compañero no pudo más y metió la manaza también.
    
    A mi se me iba a romper el pantalón así que me la saqué, aparté la botella de la su lengua y la pusé encima de mi rabo. El líquido blanco fue cayendo en la polla y de ahí al suelo, goteando.
    
    -Chúpamela. Chupa el rabo de tu amo, perra. Y el suelo también. Eres muy guarra. Chúpalo todo, ¡todo! así. Cómo te gusta....
    
    Y ella iba de mi polla al suelo y viceversa. Desesperada, caliente. Obediente.
    
    Deseando que le mandara, que le ordenara. Deseando ser mía, ser de su amo.
    
    Ya así, encantada de ser una perra cachondísima, estiré el brazo y le toqué por detrás el coño. Como esperaba, me mojé la mano,
    
    Le di en el culo un azote.¡ZAS!
    
    -Pero cómo te has mojado, puta.
    
    Y otro azote ¡ZAS!. No dejaba de sacar la lengua muy rápido sorbiendo yogur y babeándome la polla, y clavándome los ojitos. Parecía que sonreía. Tenía toda la boca blanca.
    
    -Un azote más por ser la perra más zorra que conozco ¡ZAS!
    
    Se estremecía y yo sabía que a cada torta su chochito se empapaba más y más de fllujo....
    
    Miré el panorama alrededor. Creí morir de gusto cuando vi que el empleado le había quitado el pantalón a su compañera y la tenía en el palé abierta completamente mientras se merendaba el conejo de la chica, que a su vez le comía el enorme pollón que el segurata se había encargado de ...
    ... acercarle amablemente a los labios, para que la muchacha se entretuviera jugueteando con su rabo y a su vez se corriera restregándose en la carita del reponedor de pan, que se hacía una paja mientras dejaba más que a gusto a la chica, desencajada ya, perdidamente cerda, gimiendo como podía con aquello que entraba y salía de su boca...
    
    Sólo quedaba al lado nuestro el cliente de los flanes inmóvil. La tienda de campaña que delataba su pantalón corto me hizo pensar que podía hacer lo que quisiera con él.
    
    -¿Te gusta la perrita?
    
    -Sí-contestó tragando saliva.
    
    -Pues huélele el chocho... ¿¿a qué esperas??
    
    Como un zombie se agachó detrás de ella y empezó a jadear, a oler...Le agarró las nalgas por los lados firmemente y metió la cabeza en todo el trasero. La movía como loco, queriéndose tragar todos los olores. Se empapaba de sus líquidos y le metía la la lengua por todas partes.
    
    -¡Por el culo, métele la lengua en el culo! Por el agujerito. Así es como le gusta a esta putita. ¿Verdad putita?
    
    Y ella, deliciosamente rica, con la lengua fuera porque no podía meterla ya de lo bruta que estaba y con una cara de zorrón que me desarmaba dijo: -Sí, mi amo, así le gusta a esta puta.
    
    -Muy bien chico, date la vuelta que te va a comer todo. Y a ti también-dije mirando al seguridad.
    
    Éste se acercó dejando a la otra chica con la boca vacía, y los dos a mis órdenes, se pusieron delante de mi perra, a la que cogí de la coleta y adelanté hasta que los tres rabos, el mio ...