1. Una tarde cualquiera


    Fecha: 16/10/2021, Categorías: Sexo en Grupo Tus Relatos Autor: Ger, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Él sabe que ella está esperando. La erección  que intenta salirse de sus calzoncillos lo remarca.
    Lo que ella no sabe es que a ella también la están esperando.
    Entra con tranquilidad y calma, se desliza dentro del ambiente en penumbras donde adivina más que ver la silueta de ella recostada en la cama. Huele su perfume y también huele su sexo, como tantas otras veces. Sabe que su conchita lampiña ya está lubricada y ve como dos de sus dedos se deslizan resbalando dentro. Ella gime y frota sus muslos, no quiere acabar, solo está entrando en calor.
    Él se acerca con cuidado, abre sus piernas tomándolas por las rodillas y se zambulle a lamer esos labios de ensueño. Los  mordisquea y juguetea con la lengua en clítoris y vuelve caracoleando alrededor de toda la argolla inundada. Le mete dos dedos, luego tres y por último completa el poker que bombea empapándose hasta la muñeca sin dejar de comerla con glotonería.
    Ahora me toca a mí. - dijo
    Libera el botón del jean y empuja la verga profundamente en su garganta, disfrutando del sonido ahogado que hace cada vez que la cabeza de la pija le provoca arcadas y le haca saltar las lágrimas. Apoyando las rodillas a los lados de  la cabeza inicia un bombeo lento y largo soteniéndola del pelo.
    En ese momento como a una señal prefijada entra su amigo que había quedado en las sombras disfrutando del espectáculo. Se arrodilla y comienza su propia festín de almeja. Inmediatamente los ojos de ella se abren de par en par y lo mira ...
    ... fijamente. Él sonríe y entierra la pija una vez más dentro de su boca. La deja que se sacuda un poco hasta que se relaja y comienza a disfrutar del trabajo que están realizando  con tanto esmero.
    Se levanta y tomándola de las manos la ayuda a que haga lo propio. Su amigo ya está sentado en la silla masturbándose mientras la mira. Él la besa compartiendo el flujo que tiene en sus labios y luego la dirige. Ella abre bien las piernas y se entierra la verga del desconocido bien profundo en su concha sin soltarle la pija. Se mueve, bascula, juega y disfruta con el tronco lleno de venas que tiene dentro mientras le devora la cabeza a él. Acelera y grita, cada vez más rápido, cada vez más fuerte hasta que choca las rodillas en un espasmo y aspira todo el aire que puede de una sola inspiración. Se ríe.
    De pronto se sale. Se da la vuelta y vuelve a encajar en la verga que la espera, sonríe mirando sobre su hombro y le pide:
    Metémela en el orto, rompeme toda.
    Él junta saliva de los labios y humedece bien toda la cabeza de la pija. No puede aguantar la tentación y antes de penetrarla le da una sonora palmada en el culo que se sacude y luego sí, apoya el glande hinchado y morado en la entrada del orto y lo frota con un poco de presión hasta que siente que se abre. Va penetrando centímetro a centímetro y sigue derramando saliva en el cuerpo de la verga.
    Es excitante sentir a la otra pija trabajando a milímetros de distancia, solo separadas por la pared de carne caliente y flexible. Y más ...
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