1. Paja ante su mirada


    Fecha: 23/06/2023, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hora acordada la encontré en el sitio que habíamos dicho y la recogí al pasar con el coche, al subir nos dimos dos besos. Ella iba elegante y sexy, pantalones largos pero marcando un buen culito y un top que enseñaba tripita y que presumía esconder unos buenos pechos, pese a la vergüenza del momento inicial Marta era una chica muy agradable y sonriente.
    
    El camino que nos llevaba hacia dónde íbamos a llevarlo a cabo se notaba por mi parte la excitación de saber que se iba a hacer, por la suya los nervios propios del momento, pero el feeling surgido ayudaba a calmar los ánimos y que fuese mejor la tensa espera. Una conversación de temas sin importancia para coger confianza fue lo que acompaño hasta llegar al lugar.
    
    Al llegar al parking buscamos la planta más baja y aparqué el coche en un sitio sin coches alrededor para mayor tranquilidad. Una vez llegado al sitio le pregunté si estaba tranquila y segura. Ella me dijo que sí. Era la primera vez que ella vivía algo así (hacer algo por dinero y ver una paja, las habría hecho pero no mirado). Le di el dinero y nos acomodamos en la parte de atrás del coche.
    
    Llegaba el ...
    ... momento de desnudarse, su respiración denotaba un poquito de nerviosismo pero acompañado por un poco de excitación, yo aproveché ese momento para volver a fijarme en su cuerpo, sus pechos y demás. Estas miradas ayudaron a que al quitarme los pantalones y calzoncillos mi polla ya estuviese algo morcillona. Nada más salir mi polla a la vista ella dirigió su mirada y me dijo que iba bien de tamaño.
    
    Algo que me sacó una sonrisa, tras ese momento inicial dirigí mi mano a mi polla, ante su mirada empecé a moverla, miraba su escote, su cuerpo y le empecé a preguntar cosas sobre su vida sexual, experiencias que había hecho. Ella no dejaba de mirar la polla. La situación había dado excitación estaba siendo muy morboso. A mitad le pedí poder tocarle el pecho y me dijo que si. Acerqué una mano a su generoso escote mientras mi otra mano seguía centrada en mi polla. Fui aumentando el ritmo cada vez a mayor velocidad.
    
    Así fue hasta que me corrí, sin duda había sido muy morboso y pinta que se va a repetir y que en próximas ocasiones puede darse algo más o sino lo mismo, también está bien. Mucho mejor que hacerse una paja en soledad. 
«12»