1. Tercer maratón del mes


    Fecha: 20/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos

    Ya era la segunda visita autorizada en el mes para que los trabajadores vieran a sus familias. Para mi marido y yo se trataba de una encamada desde el viernes en la noche hasta el lunes en la madrugada, sólo con intervalos para comer algo, además de leche en mi caso.
    
    –¡Mami, traigo un filo de dos semanas sin aprovechar! –fue lo primero que dijo mi marido llevándome a la recámara.
    
    Me levantó el vestido, me bajó los calzones, me tiró en la cama y se quitó las prendas de abajo. Su pene erecto tenía una gruesa gota de presemen que al verla quise mamárselo y me mojé, pero él no me dejó chuparla pues me penetró hasta que los huevos me golpearon. “Te amo, mamita, te amo” decía en cada embestida con la que hundía esa daga de carne en mi panocha que salpicaba jugo ardiente de las ganas de amar que con su verga me inoculaba. Nos vinimos y quedamos yertos por la fogosidad con la que nos entregamos. Mientras descansaba con su cuerpo sobre mí y su pene aún en mi interior lloré de felicidad.
    
    –Vamos a levantarnos para cenar y bañarnos –fue lo único que pude decir cuando su verga se salió de mí y pude echarlo hacia la cama para levantarme.
    
    Más tarde, cuando ya estaba servida la cena, fui a llamarlo. Aún tenía desnuda la parte inferior y despertó del letargo que le produjo el coito intenso.
    
    –Te amo, mami, y no quiero que te falte nada. ¿Qué más necesitas? –preguntó con una gran seguridad de poder cumplirlo porque ya le habían depositado la repartición de utilidades que ...
    ... anualmente da la empresa para la cual trabaja desde hace más de veinte años.
    
    –Lo único que me falta para ser completamente feliz es que me chupes la panocha tantas veces como yo te mamo la verga –le dije y le di un beso. Él simplemente sonrió y se fue hacia la mesa para cenar.
    
    Comimos entre sonrisas y cariños mutuos, descansamos un poco abrazados escuchando música y más tarde nos fuimos a bañar.
    
    –¡Qué nalgas tan hermosas tienes, mami! –me dijo al enjabonarlas y metió los dedos enjabonados en mi ano.
    
    Primero uno, después dos y por último tres. Los sacó y me metió la verga despacio. A la vez que se movía me enjabonó las tetas y la panza. Yo disfrutaba todo y me dejé llevar por una calma que terminó cuando sentí vibrar las paredes de mi intestino y sus manos me apretaron fuertemente las tetas: mi esposo se estaba viniendo…
    
    Una vez que nos bañamos, le hice una cuba con mucho ron y unos bocadillos de carnes frías con galletas y nos metimos encuerados a la cama para ver películas XXX, con argumentos vacuos, pero con bastantes y muy instructivas posiciones coitales, de donde elegíamos algunas para anotar el minuto en la que estaba. Al finalizar el video fuimos practicándolas una a una. Obviamente ninguna donde el hombre estuviera comiendo concha le parecían importantes a él, pero yo sí tomaba nota porque se las pediría a mi amante el lunes. Al parecer, mi marido quería seguir con su cornamenta…
    
    Además, le pedí que me soltara la leche en las orejas, en las axilas, en el ...
«123»