1. Fantasía con mi hijo


    Fecha: 25/06/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    Mi esposo fue un psicoanalista especializado en conflictos en parejas, tras su lucha por una larga enfermedad nos había dejado una herencia. Debido a los trámites y demás tomó tres meses en que el abogado nos trajera los papeles, pero había la condición de pasar una semana en el centro donde él trabajaba para que pudiéramos mejorar nuestra convivencia.
    
    Aparte de la herencia mi esposo había dejado una carta a mi hijo que yo leí: “hijo, tu madre es una mujer hermosa y dulce y tiene el derecho a rehacer su vida y tener amor. Pero al ser tan amable no quiero que nadie se aproveche de ella o le rompa el corazón. Sé que la amas con todo tu ser, incluso más allá de lo que un hijo debe amar a su madre. Sé que cuidas y cuidarás a tu madre y le procurarás todo para hacerla feliz.”
    
    El Centro era una institución para parejas que quedaba en otro Estado junto a una playa. Llegamos y al presentarnos nos dan una habitación, nos dicen que mi padre ya había arreglado todo para nuestra estancia.
    
    Mi nombre es Estela, tengo 55 años, de tez clara, cabello castaño lacio y fino hasta la altura de los hombros, con algunas arrugas y mechones grises. Uso faldas anchas sobre las rodillas, blusas mangas cero que dejan ver mis hombros desnudos. Usé un maxi vestido que dejaba ver mis hombros y parte de mi espalda, así como adivinar las curvas de mis caderas y sostenido por unas tiras.
    
    Nos dieron una habitación de una sola cama tamaño King side, baño con jacuzzi y el cuarto incluía un columpio, ...
    ... un espejo muy largo del tamaño de toda la pared, un televisor que solo daba informaciones de las labores. Salimos a pasear para conocer el lugar. Recorrimos la orilla de la playa y conversamos.
    
    Al regresar a la habitación una voz nos dijo que le diera un masaje relajante a mi madre. Fue cuando me di cuenta que esos no eran espejos, sino un vidrio en el cual ellos podían vernos y nosotros no.
    
    —Relájate, mami. Olvida todos tus problemas y penas. –masajeando mi cuello y hombros.
    
    —¡Ummmh! ¡Qué rico, hijo!
    
    Luego de esto, un gas nos roció y desperté sola en otra habitación rodeada de espejos con una pantalla en la pared. Unos altavoces repetían las siguientes frases: “tú deseas a tu hijo” “no hay mayor placer que el ser tocada por tu hijo” “tu hijo es tu macho” “tu hijo es el amo y tú su esclava sexual”. Las palabras se repetían una y otra vez y se quedaban grabadas en mi mente. No sé cuánto duró esto, pero terminó cuando una puerta se abrió y me dirigí a través de un largo pasillo, el cual daba a la habitación.
    
    Estaba desorientada y con mil pensamientos dando vueltas por mi cabeza. Solo quería salir de esa habitación y ni siquiera me puse mis zapatos. Al llegar a la habitación mi hijo llegó desde el otro lado. Se veía igual de desorientado que yo. Se quedó mirando mis pies desnudos. Vi como tenía una erección a través de su traje de baño.
    
    Se acercó y empezó a masajear mis hombros. Estaba como hipnotizada y no puse resistencia dejándole hacer todo lo que quisiera. ...
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