1. En la oficina


    Fecha: 15/05/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Además sabía que lo era y lo explotaba. Me gustaba sentirme deseada.
    
    Estaba cansada. Demasiado papeleo para solo tres personas. La puerta del baño se abrió mientras me echaba un poco de agua en el cuello. Por lo que no vi como alguien me agarraba por detrás y me tapaba la boca para que no gritara. Habiendo levantado la cabeza del susto, me encontré con la mirada celestial de Jon en el espejo que me miraba directamente a los ojos mientras me mordía mi oreja izquierda. Con su mano izquierda tapaba mi boca, mientras que con su mano derecha buscaba mi entrepierna por debajo de la falda.
    
    ¿Sabes como me has puesto cuando has llegado? Esta falda y esta blusa… - Jadeaba en mi oreja justo cuando logró atravesar la barrera de la falda.
    
    Un deje de sorpresa apareció en su mirada y una media sonrisa.
    
    Vaya, vaya, ¿esto es para mí? - Yo asentí coqueta. Hoy no llevaba ropa interior ahí abajo.
    
    Estaba húmeda. Jon era capaz de eso solo con mirarme. Tocó mi botón. Un gemido escapó de mi boca. Con su mano izquierda desabrochó la falda, haciendo sus movimientos más fáciles.
    
    ¡No podía creerlo! ¡Estaba siendo masturbada en el baño del trabajo! Realmente estaba muy cachonda. No podía parar de pensar que en unos segundos podría abrirse la puerta y que me vieran siendo masturbada por aquel dios. Jon no paraba, me besaba el cuello, me mordía ...
    ... la oreja, me susurraba las guarradas que me haría esta noche. Todo ello mientras me masturbaba cada vez más rápido. Su polla se metía entre mis glúteos con pantalón y todo. Yo solo podía agarrarle del pelo y sobarle el pene. No me daba el ángulo para más, y cuando intentaba moverme, me sostenía en esa postura.
    
    Me corro…
    
    ¿Si? Dame lo que es mío.
    
    En ese instante, me metió un dedo en mi vagina chorreante, y me corrí. Dardos electrificados me atacaban por todo mi cuerpo desde mi coño. Mis piernas no me sostuvieron, pero si que lo hizo Jon. Mis jadeos se hicieron demasiado rápidos. Mis pómulos se sonrojaron y mis pezones querían romper el sujetador y la blusa de lo duros que estaban.
    
    Jon me besó en la mejilla, me apoyó sobre el lavabo, y haciendo que le mirara, se llevó los dedos a la boca, degustádme.
    
    Deliciosa. Como me gusta hacerte esto.
    
    No pude ni contestar. Salió del baño con su polla queriendo romper el pantalón. Yo en cambio me quedé apoyada como podía sobre los lavabos intentando recuperar la compostura. ¡Dios! Vaya semental estaba hecho.
    
    Me recoloqué la ropa y salí del baño, mucho más contenta. ¿Se notaría mi cara de recién corrida? Manuel por lo menos no dio signos de darse cuenta. Y Jon… Que cabrón, hacía como si no hubiera pasado nada.
    
    La siguiente hora pasó, dando las dos del mediodía. La hora de comer. 
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