1. La dependienta de la carnicería


    Fecha: 06/05/2023, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Vivo en un barrio de un pueblo del centro de España donde todo el mundo aún se conoce de vista por lo menos. Las tiendas son muy familiares. La carnicería está regentada por dos primas de unos 45 años, una es… digamos que no es mi tipo de mujer y muy habladora, Susana, pero Chus es guapísima, de esas mujeres que te hacen girar en cuanto las ves, y también es muy extrovertida. Chus vive en la calle paralela a la mía y nuestros balcones se ven, yo vivo en un segundo piso y ella en un cuarto.
    
    Un día entre a comprar y estaban Chus y una clienta hablando del carácter de una vecina de mi bloque de pisos, diciendo lo mal educada y mal hablada que era.
    
    "Mira vive en la escalera de este chico, ¿Y cómo es en la escalera?" me preguntó nada más entrar a la tienda.
    
    Yo contesté que igual que en la calle, pero no quise hablar mucho del tema por si acaso mis palabras luego corrían de boca en boca por el barrio, no me gusta meterme en la vida de los demás. Cuando se fue la clienta, Chus me explicó que mi vecina siempre andaba desnuda por casa al igual que su marido, que ella lo veía cuando salía al balcón.
    
    "Pues a mí también me habrá visto, porque muchas veces voy desnudo por casa", Chus no dijo nada, pero su sonrisa delató que algún día me había visto.
    
    A los pocos días de esta conversación hubo una ola de calor muy importante en mí ciudad que duró bastantes días, El calor y la sensación de bochorno era increíble, no se podía ni aguantar.
    
    Fui a comprar la cena a la tienda ...
    ... de Chus, había un par de clientas que hablaban del calor y que no se podía dormir por las noches y una de ellas dijo que dormía en el balcón con un colchón. Esa noche era inaguantable no hacía más que dar vueltas en la cama, cuando me acordé del comentario de la señora de la tienda. Cogí un colchón y lo puse al lado del balcón, poniéndolo entre el salón y la terraza, y a dormir.
    
    Cuando desperté y eché un vistazo al cielo vi que Chus estaba en su balcón mirando hacia mi casa. Me desperté y fui a por mis quehaceres, a esas horas siempre voy corriendo ya. Las 3 o 4 siguientes noches fueron igual de calurosas y por lo tanto iba a dormir al balcón y al despertarme Chus estaba siempre allí observando, fumándose un cigarro. Como cada día me despertaba a horas diferentes por culpa del calor me di cuenta que ella se levantaba de la cama a las 6.30 de la mañana.
    
    El calor fue disminuyendo y por consiguiente ya no tenía la necesidad de ir a dormir al balcón. Pero lo que sí que me gustaba era ir a comprar cada tarde la cena a la tienda cuando estaba Chus, por el morbo de averiguar si se atrevía a decirme algo de mi desnudez. Siempre que iba a la tienda tenía clientas y así era casi imposible que me dijera algo por lo que tenía que iniciar yo alguna conversación que nos llevara al tema.
    
    "Menos mal que ya no hace tanto calor"
    
    "Pues no, la verdad es que parece que se respire mejor" dijo una clienta.
    
    "Y por las noches pasa un poco de fresco" afirmó otra clienta.
    
    "Desde luego, ...
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