1. Examen oral


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Sexo oral Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... bragas estaban mojadas. Deseaba ser yo la que se comiera esa hermosa polla.
    
    El profesor se hincó frente a Pedro. Cerró los ojos, no para disfrutar al máximo, sino para no presenciar lo que estaba a punto de hacer. Con una lentitud que me ponía más caliente, acercó su lengua a la punta de la verga de mi compañero, hasta que finalmente la tocó. Pedro suspiro en cuanto sintió esa humedad en su glande. El cincuentón recorrió todo el tronco con su lengua, una y otra vez. Chupaba cada centímetro de aquel hermoso falo, con asco y no queriendo hacer algo más. Le ordené que lamiera también los huevos. Así lo hizo, con torpeza, pero eso no nos importaba a nosotros. Pedro y yo estábamos gozando, él por la mamada, y yo por el espectáculo.
    
    Cuando ambos testículos habían pasado por la boca del profesor, le dije que regresara a lo que hacía antes. Antes de que le diera la siguiente indicación, apretó el capullo entre sus labios, me imaginé que lo rodeaba con su lengua. Luego fue bajando poco a poco, hasta que se tragó más de la mitad del miembro. Se quedó quieto por un momento, para después iniciar un sube y baja con el pene dentro. En algunas ocasiones, hacía como si fuera a vomitar, supongo que porque la punta llegaba a su garganta, pero nunca lo hizo. Pedro gemía como un loco. Su mamador no era muy bueno, pero igual estaba disfrutando. Yo, por mi parte, había metido una mano bajo mi falda. Me estaba masturbando. Aquella escena, pero sobre todo aquella verga, me tenían sumamente ...
    ... excitada.
    
    Le pedí al profesor, ya con un tono de voz menos enérgico, que masturbara el trozo que quedaba fuera de su boca. Me obedeció. Pedro estaba tan concentrado en el placer que sentía, que se había olvidado, al igual que yo, de una parte del plan. Afortunadamente lo recordó. Colocó la cámara por encima de los dos, y disparó el flash varias veces. Al principio, espantó a su mamador, pero después como que le gustó, porque empezó a mamar con más ganas, ya no se veía asqueado. Sacaba y metía el pene cada vez más rápido. Su lengua no dejaba de moverse. Al poco rato, casi toda la verga se perdía en su boca. Con una mano, se bajó los pantalones. Empezó a masturbarse.
    
    No pude resistir más. Corrí a ayudarle al profesor en su tarea. Pedro no se lo esperaba, tenía dos lenguas luchando por ensalivar su mástil. Cuando yo pasaba mis labios por el tronco, el profesor se metía succionaba el glande. Si él se metía la verga hasta la garganta, yo me ocupaba de las bolas. Competíamos uno contra el otro, por acaparar tan delicioso espécimen. Mi compañero estaba encantado, jadeaba como animal, como señal de su inminente corrida. Cuando su miembro empezó a ensancharse, empujé al profesor, tirándolo al suelo. Quería ser yo, la única que probara el semen de tan rica polla.
    
    Introduje lo más que pude en mi boca, y moví mi lengua con gran velocidad. Pedro me puso las manos en la cabeza, y metió su falo hasta el fondo. Soltó el primer chorro de leche en mi garganta. Sentí que el aire me ...