1. Visita muy provechosa


    Fecha: 22/04/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sin preparación alguna, presionó mi estrecho esfínter horadándolo como si deseara destrozarlo brutalmente. Realmente no esperaba aquella respuesta por su parte y, sin dejar de temblar y con todo el cuerpo tenso, un montón de ideas llenaron mi cabeza. Una de ellas fue que ya no había marcha atrás para todo aquello. Era demasiado fuerte para mí y no era posible hacer que me soltara estando tan excitado como estaba.
    
    Un grito desgarrador escapó de mi boca resonando sobre las paredes del salón y, sin poder defenderme de tan salvaje ataque, tuve que morderme la mano con fuerza para poder aguantar la horrible presión que el muchacho ejercía sobre mi pobre culito. Jamás había sentido un dolor tan agudo como aquel. Caí rendida sobre la mesa y entonces empezó a empujar sodomizándome sin pausa alguna teniéndome bien cogida por las caderas. ¡Dios, aquello me quemaba por entero, creí que me iba a romper llenando mis intestinos con aquel eje tan descomunal!
    
    ¡Sácala cabronazo… sácala...! ¡Es demasiado grande… me vas a romper por dentro! –grité llorando a lágrima viva buscando un poco de compasión por su parte.
    
    Cállate… vamos cállate y disfruta de lo que te hago… ya verás cómo pronto empezarás a gozarlo. –dijo fijando sus negros ojos en los míos mientras seguía moviéndose atacando brutalmente.
    
    Y ciertamente así fue. No era la primera vez que me lo hacían pero sí puedo decir que mi marido jamás me lo había hecho de aquel modo tan salvaje y desconsiderado golpeando mi estrecho ...
    ... agujero sin el menor miramiento. Sin embargo, enseguida mi agujerito pareció empezar a acostumbrarse a tan enorme compañero y así se fue dilatando permitiendo su entrada hasta lo más hondo. Levantando una de mis piernas me sujetó con fuerza para así follarme con gran facilidad haciéndome sentir empalada por completo. Dos de sus dedos alcanzaron mi húmeda vulva y, de esa manera, fue acompañando las acometidas que me daba sin parar de entrar y salir de mi dolorido canal. Elevándome como pude curvé mi espalda de gusto y tirándome hacia atrás le ofrecí mi cuello el cual chupó y lamió desesperadamente sin dejar, al tiempo, de golpear y golpear mis nalgas con su inflamada herramienta.
    
    ¿Ves como ya no te duele tanto? –le oí decirme un breve momento en que paró para enseguida volver a moverse a buen ritmo clavándome su polla sin compasión.
    
    El guapo moreno dominaba completamente la follada alargándola a su total conveniencia. El intenso dolor se mezcló con aquella sensación placentera que me recorría todo el cuerpo y sentí que una vez más me correría en brazos de aquel animal maravilloso que me había visitado aquella mañana en mi propia casa y sin nadie que pudiera molestarnos. Volviéndome hacia el muchacho le vi bufar como una bestia en busca de su propio placer y acompañándole en su hábil movimiento le supliqué que se corriera, que ya no aguantaba más aquel tormento.
    
    Fue entonces cuando alcancé el último de mis orgasmos escapando mi amigo de mi agujero para hacerme arrodillar ...