1. El Pakistaní


    Fecha: 16/04/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a lamer mis pezones con delicadeza. Podía notar como la punta de su lengua se deslizaba sobre mis pezones ya duros, para despues terminar succionandolos con su boca. Me encantaba que empezáse tan tímidamente para después querer meterse casi todo mi pecho en su boca, restregando su cabeza mientras yo suspiraba. Entonces, él mismo se quitó su boxer, dejando a la vista su gran erección y me hizo un gesto con la cabeza, gesto que entendí al momento. Tenía el pene de un tamaño perfecto, bronceado como toda su piel y perfectamente rasurado. Lo agarré con mi mano, y lo introduje todo en mi boca. Pude oír como soltó un pequeño gemido. Comencé a chupar sin parar, tenía muchísimas ganas de tener en mi boca el pene del chico con el que tanto había fantaseado. Me arrodillé delante de él, y seguí chupando mientras paraba para mirarle a los ojos mientras le masturbaba con mis manos. La metía y sacaba hasta mi garganta, dejándola así bien lubricada con mi saliva. Paré, me incorporé un poco y se la puse entre mis pechos. Le masturbé durante un rato mientras lamía su glande con la punta de mi lengua hasta que soltó un gemido y empezó a correrse sobre mis tetas. Se la chupé otra vez hasta dejársela limpia, y lamí su semen de mis propios pechos. Me sentí desilusionada ya que creí que ya habia terminado, pero entonces me agarró, me tumbó sobre la cama y empezó a besar mi vientre hasta llegar a mis bragas. Rápidamente me las quitó, me miró con lujuría y sin dejarme articular palabra comenzó a ...
    ... lamer mi clítoris. Jugana con la punta de su lengua, y empezó a introducirme dos dedos en mi coñito. Yo no podía decir nada, solamente gemir. Era realmente bueno haciendo aquello. Besaba, chupaba, lamía mi coño sin parar mientras sus dedos iban entrando y saliendo cada vesz más ráìdp. Yo tenía mi mano en su cabeza, agarrándole del pelo y apretando su cara contra mí. No podía más ya, me iba a correr.
    
    - Córrete para mí -, dijo mientras me seguía masturbando.
    
    En ese momento grité, un inmenso placer invadió todo mi cuerpo y me vine en su boca. Él siguó lamiendo mis jugos mientras yo seguía inmersa en aquella ola de placer. Sacó sus dedos, y los acercó a mi boca para que los lamiera. Los lamí hasta dejarlos bien limpios. En ese momento estaba tan caliente que me lanzé a comerle la boca, la misma boca en la que me acababa de correr. Le abracé apretando su cuerpo contra el mío, estando yo debajo y él encima. Podía notar el roze de su erección contra mi vagina. Le miré, y se supliqué que me la metiera. Quería que me follara, que me hiciera suya. Frotó su pene contra los labios de mi vagina, haciendome gemir mientras le besaba, y me la metió toda de golpe. Empecé a gemir de nuevo. Él siguó embistiendome cada vez más rápido, encima de mi, mirándome a los ojos y besándome mientras yo gritaba en su boca, mordiéndome el cuello y haciéndome de su poder. Paró, me dio la vuelta, me puso a 4 patas, y volvió a meterla para seguir follandome sin parar. Yo le suplicaba que no parase, que me ...