1. Ya me dijo tu madre lo puta que eras


    Fecha: 24/03/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    El ascensor de obra se paró de repente cuando llegábamos al piso 56 casi al final de la torre, fue el que accionó el botón de paro y no precisamente para admirar las magníficas vistas sobre toda la ciudad, sabía que ya empezaba el juego, un juego de negocios al que yo no me había prestado, pero que era necesario que jugara, sin mediar palabra y simplemente mirándonos a los ojos me di la vuelta y esperé, esperé a sentir su aliento por detrás de mí, notar como sus manos sobre mis hombros iban bajando despacio por mi cuerpo, rozando mis pechos y abrazándome en la tripa, apretando su cuerpo al mío notando su erección por detrás de mí.
    
    Si al menos fuera un hombre atractivo, si al menos hubiera sido de mi edad, pero ninguna de las dos cosas, quizás hace años fuera atractivo, pero ahora a sus 65 años era todo menos eso, solo un viejo poderoso y verde que utiliza su posición para coger lo que le apetecía y lo que le apetecía ese día era yo, eran mis pechos que agarraba con fuerza mientras me besaba el cuello, levantándome un poco la falda y metiendo su mano por debajo me apretaba con fuerza mi sexo, sus dedos intentaban meterse furtivamente sin que los hubieran invitado por debajo de mis bragas, pero daba igual la invitación, ya que él estaba acostumbrado a que todo el mundo le dijera que sí.
    
    Tenía la mirada perdida en el horizonte, dejando que aquel hombre me metiera mano y todo por culpa de mi madre, tenía sus dedos metiéndose en mi vagina, dedos ásperos como él que ...
    ... entraban sin que yo estuviera preparada sin ningún tipo de lubricación, tenía que cambiar de actitud porque si no lo iba a pasar mal, sabía que no había marcha atrás y que aquel viejo me iba a follar así que tome la determinación de dejarme llevar, no podía hacer otra cosa si no quería que me hiciese daño, me costó, pero empecé a sentir sus dedos moviéndose dentro de mí ya no como extraños, sino como a un familiar que no aguantas pero tienes que sonreír.
    
    Giré mi cabeza para sentir sus labios sobre los míos y que mi mano buscara su pene por debajo del pantalón, sus dedos seguían metiéndose en mi vagina que empezaba a humedecerse, con fuerza me dio la vuelta y me empotro contra el cristal del ascensor tirando mi casco de obra al suelo, su pelvis se apretaba con fuerza contra mis nalgas sintiendo nuevamente su polla, me besaba con su lengua sin descanso y sus manos volvían apretar mis pechos con fuerza, tenía miedo, tenía mi mejilla en el frio cristal y mi aliento dibujaba en él mi respiración, cerré los ojos cuando con decisión sus manos buscaron mis bragas bajándomelas hasta las rodillas y sujetándome de la tripa me separo un poco del cristal flexionando mi cuerpo, mi mirada ahora al suelo embarrado del ascensor esperando a notar como me penetraba con su polla.
    
    Un grito salió de mí y no de placer, sino de dolor, me acababa de clavar toda la polla, sin meterme tan solo su glande, sin meterla poco a poco y despacio, a él no le importaba nada de eso, a él no le importaba si yo ...
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