1. Mi primer amo


    Fecha: 19/03/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sofia21, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocarte, venga que serás una perra en celo, tienes prohibido tocarte el colo.
    
    Perra: pero...
    
    Amo: pero nada, aunque... Puedo permitirte jugar con tu clítoris, pero si tienes un orgasmo antes que yo, ten por seguro que esas pinzas estarán abajo...
    
    A decir verdad después de un rato me acostumbré a las pinzas, dolían si las rosaba, pero por lo menos las podía soportar.
    
    Perra: gracias amo
    
    Amo: así me gusta, abrete mas.
    
    Comencé a frotar mis dedos por mi clítoris sin llegar a ser muy fuerte, de lo contrario terminaría pronto, de vez en cuando, mis manos se movían solas y me apretaban solo donde yo sabía cuánto me gustaba y los espasmos provocaban que cerrará mis pies, a lo que mi amo me regañaba.
    
    Amo: menuda perra desobediente, dónde están tus bragas?
    
    Al instante recojo mis bragas del suelo y las enseño.
    
    Amo: meterlas en el coño
    
    Aquello me dejó en shock, y mi amo lo noto
    
    Amo: ahora!!
    
    Al instante abro las piernas y paso dos dedos por mi coño, por lo mojada que estaba no fue difícil que entrarán, pero cada que estiraba mi entrada tenía unas ganas inmensas de correrme, poco a poco fui ...
    ... metiendo mis bragas en mi coño, y cuando estaba en el último empujón, no pude más y terminé teniendo uno de los mejores orgasmos que pude haber tenido, y mi amo también.
    
    Amo: serás una perra estúpida, te dije que no te corrieras antes que yo.
    
    Perra: perdóneme amo, por favor
    
    Amo: de eso nada, ahora deberás quedarte con las bragas en el colo hasta mañana, así que te quiero ver dormir ahora, así como estás, para que tus cobijas queden impregnadas con el aromas de perra en celo, y así asegurarme que no te quitarás las bragas, y... mañana por la mañana me llamaras para ver cómo las sacas, entendiste?
    
    Perra: si amo, pero puedo por lo menos quitar las pinzas?
    
    Mi amo me observo dudoso, pero después de un rato me lo permitió, quitármelas fue más doloroso, habían tomado la figura apretada de las pinzas y dolían apenas más rozará.
    
    Me fui a la cama adolorida pero emocionada, dejé la computadora encendida, me dirigí a mi cama y me quedé dormida al instante.
    
    Seguí hablando con mi amo por un tiempo, y seguimos haciendo muchas cosas locas, que me encantaron, si quieren que les cuente más, déjenlo en los comentarios. 
«123»