Fecha: 19/03/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Mark87, Fuente: CuentoRelatos
“Mmm! Muito bom garoto! Fudeme mais, pega minha bunda, safado! Shh! Nossa que pica tão gostosa têm este vagabundo"... decía Andressa mientras Bruna, le abría las nalga y se las movía con fuerza para que yo le hincara la verga en el culo a su "hermanita".
Tengo varios años viviendo en Brasil, pero hasta ese momento no había llegado la oportunidad de coger con alguna brasileña, hasta ese día.
Esta historia comenzó cuando Bruna mi compañera de trabajo me confesó que su marido no la satisfacía, que deseaba ser cogida a la fuerza, que le dieran unos buenos tirones de cabello o que le dieran unas buenas nalgadas; su marido era muy "lineal" e incluso que a veces se negaba hacerle sexo oral.
Percibí en Bruna una mujer, lógicamente, frustrada sexualmente con ganas de vivir nuevas experiencias.
Bruna, le hace honor a apellido, después les contaré porqué. Es morena, delgada con un cuerpo bien definido, tetas pequeñas, rematadas con unos pezones puntiagudos y, un culo que literalmente saca la cara por ella. Sin duda alguna una invitación a sumergirse cada vez más en lo prohibido.
Un inocente flirteo durante nuestro turno abrió la puerta a preguntas sugerentes que dieron como resultados confesiones que me volaban la cabeza. Un día antes de salir de vacaciones me confesó que era una viciosa del sexo.
En su confesión pude percibir que era amante del BDSM. ¿Y cómo no iba serlo, viniendo de un país, cuyas mujeres tienen fama de ser muy ardientes? Bien, le dije que estaba ...
... dispuesto a cumplir su fantasía.
Me miró, se mordió los labios y quizás inconscientemente se apretó una de las tetas. ¿Qué quieres a cambio?, preguntó.
Sabiendo que tenía una hermana, de aproximadamente unos 19 años, le dije: "Tengo una fantasía, siempre he querido follarme a dos hermanas", hice una pausa para mirar su reacción. "No digas más nada, eres un asqueroso pervertido, sé lo que quieres... a ¡Andressa!", soltó entre risas.
Sonreí!
-Creo que puedo arreglarlo...
----
La luz tenue de la habitación del motel era compañera y cómplice perfecta para todo aquello que pronto se desarrollaría en una amplia cama de sábanas blancas. La picardía en la mirada del par de garotas me excitaba. Se miraban una a la otra, como si quisieran decir algo...
-Ya regresamos, danos un tiempo vamos a prepararnos.
-Aquí estaré esperando. -Dije.
Ambas ingresaron al baño de la habitación, de donde minutos después provenían murmullos y risas. Me metí en la cama y empecé a sobarme la verga que desde que ingresamos al motel ya estaba tiesa y brillosa debido a la aparición del líquido pre seminal que mojaba mi glande.
La puesta se abrió. Buena salió del baño y se dirigió a la cama. Tenía una equis hecha con cinta negra sobre los pezones, un corpiño y tanga abierto de cuero con cadenas ideal para la ocasión. Se acercó a la cama y subió a gatas y se posicionó delante de mi verga y la aseguró fuerte con su mano izquierda y con el dedo índice de su mano derecha recorrió mi ...