1. Anna no deja escapar trenes


    Fecha: 18/03/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nada, incluso dijo que no sabía a nada, entonces le dijimos que no había cogido, que debería ser amargo, y volvió a mojarse el dedo y esta vez sí dijo que estaba amargo, entendimos por la cara que puso.
    
    Íbamos chispadillos por culpa del vino, y ahora nos íbamos calentando gracias al “manjar”.
    
    Al cabo de unos minutos, Anna le dice que quiere ir a la cocina a por más birras, pendiéndole a Gerard que la acompañase, que empezaba a sentirse diferente. Dejaron la puerta del comedor sin cerrar, entre abierta, marchando ambos hacia a la cocina.
    
    Lo que pasó a continuación, es la confesión que mi novia me hizo al día siguiente de lo que os cuento….
    
    No cerraron la puerta de la cocina, entre abierta, podían escuchar que Carla y yo hablábamos del videoclip que en ese momento había saltado en YouTube. Anna le dice a Gerard que coja 4 cervezas más de la nevera, las dejó en la encimera...
    
    - Es extraño, me siento bien, pero no sé si es lo que debería sentir
    
    - Anna, disfrútalo… y cierra los ojos -respondió Gerard
    
    Anna, se propuso hacer caso a cualquier orden que esa noche nuestro amigo le mandase…
    
    Gerard le cogió de la mano, y una corriente recorrió el cuerpo de extremo a extremo de Anna, un relámpago de placer, un relámpago de deseo…
    
    Gerard dejó a mi novia con la boca abierta, dejándola sin habla, apenas podía responder a nuestro amigo sobre las sensaciones que estaba experimentando.
    
    Al cabo de escasos unos segundos, acarició sus manos, sus brazos hasta sus ...
    ... hombros, ella seguía con los ojos cerrados…
    
    Una chispa de cordura llegó a Anna, me tenía en el comedor, con la novia de Gerard, totalmente descuidados…
    
    No tardaron en volver al comedor, ella diciendo que estaba súper nerviosa, pero a la vez le gustaba la sensación, pero que tenía miedo a descontrolarse. Continuamos con la segunda ronda de birras, hablábamos de todo, nos estábamos abriendo los 4, dejábamos fluir en palabras los sentimientos, reíamos, sonrisas de oreja a oreja…
    
    Antes de acabarnos la birra, decidimos volver a mojarnos los dedos. Lo hacemos, Anna es la última, mira como lo hacemos y es su turno, lo hace sin pestañear. Al cabo de 5 minutos, le vuelve a pedir ir a la cocina, lo dijo sin darle opción: “Gerard, acompáñame”.
    
    Vuelven a dejar la puerta del comedor y la cocina entre abiertas. Anna en la cocina le dice que es más intenso lo que siente, volviendo a cerrar los ojos (según me confesó, quería dejarse hacer, que fuese él quien tomará la mala decisión), pero esta vez la retiró el pelo del cuello a un lado, y acarició su cuello con los dedos, suave… muy suave… subía y bajaba por la nuca, volvía hasta la mandíbula… repetía una y otra vez mientras Anna le decía: “que bien, que bueno, que gustazo…”
    
    Gerard, viendo la predisposición de su amiga, resbalaban sus dedos cada más abajo, llegando hasta el final de espalda de Anna. Subía y bajaba arrastrando las uñas, dándole caricias con suavidad. Todo esto lo hacía atrás de ella… se agachó, teniendo su trasero a ...
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