1. Mi viaje familiar a Cuba (Parte 2)


    Fecha: 18/03/2023, Categorías: Hetero Autor: Marta, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos de nuevo. Espero que la primera parte de esta historia les gustara tanto como yo la disfruté, incluso más. Les estaba contando cómo conocí a Iván, un chico cubano alto, fuerte y muy cachondo durante mis vacaciones a Cuba cuando tenía únicamente 18 años. Si no han leído la primera parte de esta historia, se lo recomiendo encarecidamente para que se pongan en situación. Sino, les comento que la primera parte del relato concluyó en el momento en el que Iván y yo habíamos comenzado a besarnos en su habitación. Aquí tienen el momento en el que mi querido amigo me hizo gozar como una perra. Disfrútenlo mis amores.
    
    Iván besaba mi cuello mientras variaba el ritmo con el que sus dedos entraban y salían de mi. Sin esperarlo, me cogió y me dio la vuelta, poniéndose sobre mi. Me desnudó, rompió mi top en dos y sacó mi falda de mi con una fuerza que me hizo ponerme más cachonda todavía. Seguía tocándome cuando comenzó a bajar. Su lengua recorría mis pechos, mordía mis pezones, los succionaba por momentos. Siguió bajando dándome besitos por la tripita, el ombligo y la pelvis hasta llegar a mi tesoro. Allí su lengua se unió al trabajo que sus dedos estaban realizando, una auténtica obra maestra digna de cualquier actor porno que se precie. Mi coñito rosadito y húmedo comenzaba a segregar fluidos, preparándose para lo que se venía, un polvo que siempre recordaré. Su lengua se movía por los lugares exactos, mis gemidos de placer aumentaban y mis expectativas se iban superando ...
    ... cada vez más. Me pellizcaba los pezones generándome más placer, a la vez que sujetaba su cabeza contra mi vagina deseando que nunca terminara ese momento que la vida, y sobre todo mi cubano, me estaban regalando. Mi calentura era tal que no era capaz de articular palabra alguna, solo alcanzaba a gemir.
    
    De repente, Iván se detuvo. Sacó sus dedos de mi y su lengua comenzó a subir por mi cuerpo, siguiendo el camino opuesto al que había seguido anteriormente. Llegó hasta mi oído, y susurró una frase que nunca olvidaré:
    
    - "Quiero que me comas la polla como una buena puta, que es lo que sos".
    
    Si me hubiera dicho que me tirara por la ventana, lo hubiera hecho también. En ese momento era su esclava, habría hecho todo lo que me hubiera pedido, y ansiaba complacerlo. Además, todavía no había visto su polla. Quería que fuera grande, que no me entrara en la boca, quería atragantarme con ella. Sin embargo, nunca habría imaginado que fuera tan grande. Cuando bajé sus pantalones y vi su polla tras su bóxer, no me lo podía creer. Él estaba tumbado boca arriba y yo de rodillas mirándole a los ojos. Comencé a tocarla por encima del calzoncillo, le daba besitos y notaba como cada vez crecía más y más. Su glande comenzó a asomar por encima del elástico, y fue en ese momento cuando bajé sus boxers y los tiré por la ventana de la habitación. No sabía por qué había hecho eso, pero en ese momento a ninguno de los dos nos importó.
    
    Cuando pude observar por fin su polla en todo su esplendor ...
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