... restregar tu dura cola, contra mí y no me toques el culo, nos puede ver cualquiera y no quiero. Bajo ningún concepto quiero que piensen lo que no es.
Le hice caso a sus dos órdenes ipso facto.
-Luego en el hotel, lo que quieras -dijo mi madre.
-Como? Es lo que estoy pensando? -pregunté con sorpresa.
-No hijo no, eres un extremista, te dan un dedo y coges toda la mano -protestó.
Le di un casto beso en la mejilla, mientras le decía, no te enfades que te pones muy fea.
Todo el evento acabó, sin novedad alguna.
Rondaban las 3 de la mañana y nos despedimos de todos.
Salimos del restaurante y pusimos rumbo al hotel que estaba a tiro de piedra.
Mi madre me agarró del brazo, y cuando nos habíamos alejado, dos calles, y comprobó que no venía ningún conocido, me paró en seco, se agarró de mi cuello y me dio un largo beso en los labios.
Yo aproveché para bajar mis manos a su culo y se lo sobé a base de bien, esta vez a dos manos. Arrimé mi dura polla contra su vientre, pero esta vez no dijo nada. Nos fundimos en un beso, eso sí sin lengua, que duró más de 1 minuto.
-Ves mi niño, aquí no hay problema, nadie nos ve. En la boda, creo que no era el lugar -dijo muy tranquila.
-Te quiero mucho Ma.
-Yo también tesoro. Sabes? lo he pasado muy muy bien. La verdad que estoy un poco contentilla por el vino. Pero estoy perfecta. -Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Pensé que tenía que aprovechar, ese "contentillo" para ver si pasaba algo entre ...
... nosotros.
Llegamos a la habitación, esa noche tenía que pasar algo, entre nosotros, sino exploto. No podía más, sabía que no me la iba a follar, pero, si hacernos unas pajas o algo.
-Buff, estoy molida de tanto bailar -dijo mi madre, sentándose en uno de los butacones que allí había.
Se quitaba los zapatos, mientras yo traía dos gin-tonic del mini bar. Quería seguir la fiesta un poco más.
Me senté en el otro butacón y dejé los vasos, en la mesa que había entre los dos.
-Suéltame la cremallera, para quitarme el vestido -dijo levantándose.
-No Ma, déjatelo estás preciosa con él -no podía dejar de mirar esas preciosas piernas, con esas medias que tanto la estilizaba. Me hizo caso y se volvió a sentar.
Allí tranquilos, supe que era el momento de sacar la conversación que habíamos dejado por la tarde a medias.
-Ma, es verdad que tú con papá, solo el misionero en tantos años de casados?
-Si, hijo si, solo el misionero. Además desde esta tarde, estoy dándole vueltas, a lo de que igual nunca he tenido un orgasmo.
-Nunca le has hecho una paja? o un 69? no me digas que papá no te ha hecho un buen cunnilingus nunca? -la conversación iba subiendo de tono.
-Un coni que? -dijo mi madre sorprendida,
-Ja ja Ma –protesté- de verdad que no sabes que es un cunnilingus?
-No hijo no. ENE-O, me vas a explicar qué es? seguro que es alguna guarrada de esa que hacéis los jóvenes -protestó.
-Ma, un cunnilingus es que te coman el coño, que te chupen el clítoris, que te ...