1. Alejandra (3)


    Fecha: 17/03/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Demian1558, Fuente: CuentoRelatos

    ... cerrando los dedos uno a uno alrededor del tronco, esa sensación de apretar y soltar sintiendo como la pija se tensa en cada apretada, pero sobre todo la tibieza debajo del jogging, esa tibieza que me llevaba a acariciarla suavecito para que el empujara desesperado para que lo pajee más.
    
    A: Decime, por qué te gusta tanto la poronga de Miguel?
    
    P: Porque así como la tenía, sé que te la mete a vos, y me encantaría también a mí poder llevártela hasta la concha, pero primero refregarte la cabeza un rato largo por los labios, hasta que pidas por favor y después empujártela hasta las bolas como vos querés hacer conmigo y chupárselas a los dos mientras él te la entierra bien adentro.
    
    A todo esto yo de la calentura había sacado las tetas afuera del corpiño y se las había metido a Ale en la boca, y ella con la otra mano me amasaba la concha empapada sobre la malla, yo no podía casi hablar por la agitación entre el recuerdo del colectivo sumada a las caricias de la guacha de Alejandra.
    
    A: Y la pendejita se daba cuenta, dale no seas mala contame! -Pidió Ale en un susurro
    
    P: Pero como no se iba a dar cuenta si estábamos de costado y veía desaparecer el jogging de Miguel bajo mi pollera y a mí moverme como loca para refregarme la pija en el clítoris, la pendeja me miraba a mí con la boca entreabierta y la turra se entreabría con la mano la musculosa para mostrarme las tetas, se había puesto la mochila sobre la falda y la mano desaparecía debajo, flor de paja se estaba ...
    ... haciendo la rubia. Cuando Miguel se da cuenta me hace girar y me pone frente a la pendeja, se pasa atrás mío y mientras me chupa la oreja me susurra al oído que trate de apoyarle la concha en el hombro, y a la vez me empuja, me baja el elástico de atrás de la bombacha, ahí me di cuenta que él se había bajado el elástico del jogging porque me apareció la pija caliente entre las piernas y sentí sus pendejos en la raya del culo empujando.
    
    A: La tenía grande en ese momento?
    
    P: Mirá como la tendría que la pendeja cuando le monté la concha empapada en el hombro, cruzó la otra mano por detrás de la mochila y se agarró el antebrazo con el que se estaba pajeando, intentando disimuladamente poder agarrarle la cabeza de la pija que le estaba taladrando el brazo en cada arremetida que me daba.
    
    A: Y vos podías ver la cabeza asomando entre tus piernas?
    
    P: Sí, le veía la cabeza cada tanto, porque la pendeja se había inclinado hacia afuera del asiento para facilitarme a mí el refriegue de la concha, yo trataba de tapar con la pollera el hombro de la piba, pero cada vez que yo reculaba para apoyarle bien el culo a Miguel, la punta aparecía, además ella se había bajado un bretel para poder mostrarme más la tetitas.
    
    Cuando llegué a esa parte del relato ya no aguanté más, la obligué a Alejandra a meterme y sacarme los dedos bien adentro de mi concha, y yo se los metí en la de ella, diciéndole:
    
    P: Te gusta lo que te cuento? Te calienta guacha?
    
    A: Sí, seguí por favor…!
    
    P: ...