1. La decoradora de interiores


    Fecha: 16/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sonreía de un modo especial. Supongo que todos hemos tenido esa sensación alguna vez, y la verdad es que la mayoría de las veces no son nada más que producto de nuestra imaginación o sencillamente malas interpretaciones nuestras. Sin embargo cuando salimos de la tienda, mi mujer me lo confirmó, y ahí ya no había posibilidad de duda, porque ya sabéis que a las mujeres no se les escapa una, y ellas sí que saben leerse unas a otras sin opción de error.
    
    - No veas que loba la tal Mercedes, no?
    
    Y – Por qué lo dices?
    
    - Cómo que por qué? No has visto cómo te miraba?
    
    Y – Pues no. Cómo me miraba?
    
    - Vaya tela…. Los tíos parece que vivís en otro planeta. Pues te miraba de un modo que si hubiese podido, te había devorado, la muy loba.
    
    Y – Jajajaja, joer, pues no sé, yo la he visto normal. Es muy simpática, eso sí es verdad, pero vamos, no he visto ninguna intención aparte de querernos vender sus muebles.
    
    Total, que ahí se quedó la conversación con mi mujer, pero a mí ya se me quedó la duda, y el morbo… Así que aquella misma noche, cuando mi mujer se acostó, me hice una muy buena paja pensando en Mercedes. Como decía antes, sin ni siquiera pensar en enrollarme con ella, sino porque masturbarme antes de irme a la cama se había convertido en una agradable rutina, y también por el morbo que me daba imaginar que me enrollaba con esa mujer tan atractiva.
    
    El caso es que Mercedes nos dijo que iba a mandar a una empleada suya a medir nuestro comedor para asegurarse que ...
    ... pedíamos el mueble con las medidas adecuadas, y quedó en llamarme al día siguiente para concretar cuándo nos iba a ser posible ir al piso para ellos poder medir. Al día siguiente, efectivamente me llamó y concretamos la visita para medir al día siguiente por la mañana, que yo no trabaja y podría ir.
    
    Cuando al día siguiente llegué, esperé en la calle a que llegase la chica de la tienda de muebles, pero para mi sorpresa, quien vino fue Mercedes en persona. Venía guapísima, con un vestido verde de falda larga y con vuelo, de esos con un cinturón, y una botas de tacón alto. La verdad es que estaba guapísima, y entre el sol de por la mañana, y su melena rubia, mezclado con sus ojazos azules, estaba para comérsela. Se acercó y con una sonrisa de oreja a oreja, que de nuevo me pareció un tanto especial, nos dimos dos besos. Antes de subir me preguntó que si había desayunado, y como ninguno lo habíamos hecho, decidimos entrar en un bar que había enfrente y tomarnos un café.
    
    Estuvimos charlando muy entretenidos mientras tomábamos el café. Hablamos de nuestra mudanza, de nuestra hija, de nuestros años de casados, y luego le pregunté yo a ella, y también me estuvo contando que tenía dos hijos, pero que ya eran adolescentes, y que sus problemas eran otros; me contó que llevaba mucho tiempo casada, que se había casado muy joven y me dio la impresión de que su matrimonio no era ni mucho menos la alegría de su vida, pero bueno, tampoco profundizamos mucho, entre otras cosas, porque no ...
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