1. ¿Estás despierta?


    Fecha: 15/03/2023, Categorías: No Consentido Autor: Esautomatix, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentirte indefensa debajo de mí, entregada y a la vez concentrada en tu placer.
    
    Los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, un gemido con cada movimiento, abriendo la boca cuando atrapo uno de tus pezones y chupo con fuerza. Aumento el ritmo, penetrándote hasta el fondo una y otra vez, una y otra vez, más y más fuerte, más intenso. Agarro y separo tus muslos, para llegar más adentro, y consigo una visión completa de tu cuerpo… tus pechos libres, los pezones duros, las piernas abiertas, tus caderas elevándose a medida que salgo y me hundo de nuevo en ti.
    
    Ahora voy intercalando movimientos lentos y rápidos, sólo por ver tu cara de sorpresa y excitación, y "ahh" los gemidos se hacen más fuertes. Tu cuerpo se tensa, la espalda se arquea, tus piernas tiemblan, y te mueves con ganas desesperadas por llegar, conmigo en tu interior. Y lo haces, un orgasmo intenso, brutal, mientras te agarro fuerte por las nalgas y te aprieto contra mí mientras duran tus contracciones. Ya te he hecho sufrir ...
    ... suficiente, así que te desato las medias de las manos y dejo que te tires sobre las sábanas, jadeando boca abajo.
    
    Pero en esa posición aún me enciendes más, y te agarro de nuevo de las caderas para poseerte otra vez, desde atrás, con ganas y azotándote en las nalgas. Y tu excitación es tan grande, que no tardas en pedirme, entre gemidos, que te penetre con todas mis fuerzas mientras clavas tus uñas en las sábanas y te mueves enloquecida. Entre embestidas, azotes y tirones de pelo noto como el placer empieza a apoderarse de nuevo de ti, y cómo me arrastra irremediablemente hacia el clímax. Y coincidiendo con tu segundo orgasmo, llega el mío de manera increíble y me derramo también en tu interior, agarrado fuertemente a ti y apretándome contra tus nalgas.
    
    Nos quedamos exhaustos sobre la cama, mi peso presionando tu cuerpo y completamente agotados, ambos con los ojos cerrados. Te mordisqueo la nuca con suavidad, todavía dentro de ti. "Buenos días, cariño", logro decir, entre risas ahogadas. 
«123»