1. La infiel Eli


    Fecha: 14/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... llevaba al límite. En un momento la agarré de la melena para ser yo quien le marcara el ritmo. Ella adoptó una actitud sumisa y se dejó follar la boca a mi antojo. El sonido gutural y acuoso que producía mi polla al entrar y salir del fondo de aquella boca era música celestial. Tener a aquella madre, que estaba engañando al marido haciéndole creer que se había ido a Sevilla con las amigas mientras estaba desnuda en una habitación de hotel comiéndome la polla, era una situación que me tenía al filo del éxtasis.
    
    Eli paró de golpe:
    
    -Quiero follarte.
    
    Sin darme otra opción, se colocó a horcajadas sobre mí y, dirigiendo con su mano mi polla hacia su coño, comenzó a descender sobre ella. Cada centímetro que la penetraba notaba como se me derretía en su interior. Eli comenzó a mover su cadera muy despacio, sintiendo como mi polla rebuscaba cada rincón de su intimidad. Colocó una mano sobre mi pecho, echó su melena hacia atrás y comenzó a cabalgarme entre jadeos:
    
    -Sííí, joder…
    
    A medida que ganaba ritmo y sus gritos subían de volumen comenzó a agarrarse una teta mientras con la otra mano intentaba masturbarse. Todo ello sin dejar de cabalgarme.
    
    Por mi parte, la agarraba por las caderas y me deleitaba con la tremenda follada que me estaba dando aquella diosa morena. Mi polla percutía contra el fondo de su vagina de manera tan violenta como ella subía y bajaba. Sus gritos se debían oír fuera de la habitación y mi ego salía por las ventanas. De repente, y en parte para ...
    ... evitar correrme, la volteé y me coloqué sobre ella:
    
    -¿Quieres follarme tú?, a ver como lo haces, cabrón.
    
    Aquel desafío hizo que de un golpe de cadera se la calzase muy profundo a lo que ella respondió con un quejido de placer. A partir de ahí, no pude parar. Comencé a follarla duro. Con golpes fuertes y seguidos. Ella me alentaba:
    
    -Sigue. Más. Dame más joder.
    
    Cuando logré coger un ritmo regular ella me rodeó con sus piernas mientras con sus brazos se agarraba a mí. Pude notar como clavaba sus uñas en mi espalda mientras me exigía que no parase. Fui incapaz de calcular el tiempo que estuve penetrando violentamente el coño de Eli, pero el orgasmo y la corrida eran inminentes y así se lo hice saber:
    
    -Córrete dentro. Échamelo todo.
    
    Noté que me apretaba con sus piernas más fuerte evitando que me escapara. Una de sus manos me agarró el culo mientras yo mordía su cuello y su boca. El orgasmo me llegó y con un grito de satisfacción rellené el coño de Eli con mi abundante corrida. Había sido uno de los mejores polvos de mi vida. Caí exhausto sobre ella que me besaba con los ojos entornados:
    
    -Cuanto deseaba que me follaras.
    
    El animal sexual con quien había follado apenas unos segundos antes había desaparecido para convertirse en una dama dulce que me acariciaba el cuerpo rozándome con las yemas de sus dedos. Le sonreí. Sudado, rodé hasta colocarme boca arriba junto a ella. Ambos quedamos dormidos.
    
    El sonido sordo e insistente de un móvil me despertó. Cuando ...
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