1. Sometida en el supermercado


    Fecha: 03/03/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: kittysumise79, Fuente: CuentoRelatos

    ... —Susurró su voz. Lo miré implorante y él con advertencia—. Hazlo.
    
    Tenía la boca seca, el tipo seguía a mis espaldas mirando. Me agaché poniendo mi culo en pompa para que lo viera bien. Oí un «joder» sordo a mis espaldas.
    
    —Sigue agachada y separa las piernas. Apoya el móvil y deja que haga lo que él quiera.
    
    —Por favor —supliqué.
    
    —Hazlo.
    
    Y lo hice. El extraño debió tomarlo como una invitación porque en nada lo tenía detrás de mí sobándome el culo.
    
    No lo rechacé, seguí ahí, con las lágrimas agolpándose en mis ojos oscuros.
    
    —Eres una zorra preciosa —masculló a mis espaldas metiéndome los dedos. Sentí ganas de gritar. Me estaba follando con sus manos. La mirada masculina que me devolvía mi terminal me revolvía las tripas—. Estás un poco seca.
    
    Sacó mis dedos del coño y escupió en ellos para volver a tomarme con ellos, los tenía largos y gruesos. Ahogué un jadeo.
    
    —Eso es lo que querías verdad putilla, lo supe en cuanto vi tu culo y tus tetas, quieres ser mía aquí, eres una exhibicionista.
    
    —Dile que sí…
    
    —Sí —admití sin ganas.
    
    —Muy bien, porque si a ti te pone cachonda que te vean, a mí no me importa, quítate la camisa. —Miré con horror la pantalla del móvil, y el hombre que iba a pagarme asintió. Necesitaba tanto ese dinero…—. Vamos, puta quiero tocarte las tetas.
    
    Subí los dedos y la desabroché. Me daba mucha vergüenza igual que el modo como me estaba comportando. Cuando la tuve desabrochada él tiró de ella y con la mano libre me las ...
    ... amasó.
    
    —Joder, menudo par de ubres. Apreté los ojos como si así pudiera borrar lo que ocurría.
    
    —Date la vuelta, quiero verlas.
    
    Me sacó los dedos para que girara y al contemplarlas se relamió, bajó la cabeza y se puso a chuparlas y morderlas.
    
    Apreté mucho los ojos para no ponerme a llorar.
    
    —Menuda puta estás hecha. Estás muy buena. Arrodíllate.
    
    Con sus babas escurriéndose por mis tetas me puse de rodillas. Él miró a un lado ya a otro y se desabrocho el pantalón, se sacó la polla y me hizo abrir la boca.
    
    La hundió en mí, era ancha y estaba muy erecta. Me daba ganas de vomitar.
    
    —Chupa, guarra, eso es lo que querías una buena polla ¿verdad? Lo del vino era una excusa para mamármela. Pues ahora ya la tienes.
    
    Me agarró del pelo y se puso a follarme la cara con violencia. Mis pechos se golpeaban entre ellos ante la virulencia del hombre. El glande alcanzaba la campanilla y me daban arcadas.
    
    Ya no podía disimular, las lágrimas caían desbordadas por mi mejilla. Y a él no le importaba.
    
    —Acaríciame los huevos. —Alcé las manos y me puse a masajearlos mientras sus acometidas seguían.
    
    Mi estómago protesto, se contrajo, me faltaba el aire y me ardía la garganta. Cuando la tuvo bien ensalivada me pidió que le comiera los huevos, lo hice, lamiendo mis propias babas.
    
    Después insistió en que me pusiera en pie que alzara una pierna para follarme el coño mientras pellizcaba mis pezones y me comía la boca.
    
    Quería que terminara, sentía asco de lo que estaba haciendo ...