1. Sandra y Mivek


    Fecha: 03/03/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a su bragueta. Mis compañeros no se dieron cuenta de nada y se marcharon, pero yo me puse roja como un tomate mientras el dueño de aquella enorme polla me dedicaba una sonrisa llena de deseo. A duras penas conseguí tartamudear que ya estaba cerrada la oficina, pero me pidió por favor que le dejase hacer un giro urgente. Yo estaba deseando que me pidiera algo por el estilo para dejarlo pasar, así que no me lo pensé más y después de dejarlo entrar bajé las persianas y cerré la puerta. Sabía que esta era mi ocasión y empecé a sentirme mojada y cachonda perdida.
    
    Le pregunté que qué quería y él volvió a reírse. Ya sabes lo que quiero- me dijo con tono guasón.
    
    Yo no sabía si se refería al giro o realmente se había dado cuenta de que estaba deseosa de su polla, porque la verdad estaba ya empapada y creo que olio mi calentura.
    
    ¿Qué va a ser hoy?- le pregunté.
    
    Lo que tu cuerpo aguante- me contestó en el mismo tono.
    
    Ya no había dudas, y la mirada hacia mis tetas delataban sus intenciones.
    
    Me parece que estás un poco bromista, ¿no? le dije mientras bajaba la mirada hacia el teclado intentando hacerme la dura.
    
    No, lo que estoy es muy caliente. Llevo dos meses sin ver a mi mujer y necesito un alivio.
    
    Pues creo que yo no te puedo ayudar. conseguí decir sin ningún convencimiento.
    
    Pues yo creo que sí te puedo ayudar a ti.
    
    Dicho esto dio la vuelta al mostrador y se colocó a mi lado. Su paquete quedó a la altura de mi cara y ya no pude contenerme más. ...
    ... Desabotoné su pantalón y bajé su cremallera. Aquello era un espectáculo descomunal. Su polla se parecía a las de los ponis que alguna vez habíamos visto mi marido y yo en películas porno. Todavía morcillona medía más de 25cms. Empecé a lamerla, puesto que resultaba verdaderamente difícil metérmela en la boca; sólo era capaz de chupar su capullo rojo como un enorme fresón. Tenía que ser cierto que no mojaba desde hacía tiempo, porque enseguida empezó el pollón a echar el líquido pre seminal. Me sentía una verdadera puta. Siempre había sentido repugnancia a tragar leche, pero aquel líquido me sabía a gloria: era dulzón y agradable.
    
    Deja la polla y déjame ver esas buenas tetas me dijo mientras empezaba a quitarme el jersey y después mi blusa.
    
    Por una casualidad ese día me había puesto un sujetador con puntillas que mi marido me había regalado y que era muy sexy, puesto que las copas tenían una abertura central que permitía asomar los pezones sin tener que quitar el sujetador, como los que se ponen las mujeres para amamantar a los hijos. Inmediatamente separé las dos partes de una de las copas y mi pezón endurecido por la calentura saltó como un resorte. Mivek se lanzó a chupármelo como un poseso y aquellos enormes labios me hicieron estremecerme de gusto. Parecía que me los arrancaba con cada chupetón.
    
    Mientras, yo me había quitado mi falda dejándola caer a mis pies y dejé a su disposición mi coño muy humedecido, aunque sin quitarme las bragas, que también tenían una abertura ...