1. El triángulo de más de tres lados


    Fecha: 03/03/2023, Categorías: Intercambios Autor: Mario Emanuelle, Fuente: CuentoRelatos

    ... ciertas licencias, que hay cosas que fuera de este ámbito pueden ser tomadas muy mal y que adentro, pasan a ser casi desapercibidas, por eso me he dado determinados permisos y cuando en un trío o intercambio, el hombre es bi y quiere transgredir un poco. yo con límites también juego.
    
    Teresa: Sí, Carmen algo me dijo, que estando los tres te avanzó de alguna manera.
    
    Daniel: Si, está claro que le debe haber pasado algo, se sintió atraído por mi miembro y quiso jugar un poco y es lo que te digo, yo ahí no tengo dramas, como que ya me he ido acostumbrando y después de todo, es una boca, cerrás los ojos y no tiene género ¡ja ja! No, fuera de broma, tiene su morbo, no me banco a un maricón, pero si un hombre quiere determinadas cosas, como activo, y de vez en cuando, siempre que no se haga rutina, yo también juego. Y a los pocos días del primer encuentro me llamó y me dijo si lo podía ir a ver a su casa, que quería hablar conmigo y fui. Luego de tomar un café y contarme el problema que estaba sufriendo, me dijo que se calentaba viendo mi verga y que me la quería chupar estando solo. Y le di el gusto y a mí también porque la verdad, lo hace de puta madre!
    
    Mario: Ya vengo, tengo que ir al fondo a arreglar unas cuantas cosas que quedaron fuera del galpón y a fumarme un pucho.
    
    Cuando volvió a entrar a la casa, a pesar que ya sabía lo del tamaño, no pudo dejar de asombrarse cuando vio todo lo que estaba mamando su mujer. Era como un pepino de los grandes, como esos salames ...
    ... enormes que hay en las fiambrerías. Teresa con dedicación, los ojos cerrados y mucho esfuerzo, chupaba como si fuera el último día. Se quedó un rato disfrutando el espectáculo y se fue al dormitorio. Acomodó las luces para que estuvieran en su justa medida, encendió el audio, abrió la cama, se quitó la bermuda, la remera y el bóxer y se dispuso a esperar.
    
    Teresa entró despeinada, con las tetas afuera, el short abierto y traía a Daniel atrás agarrándole la descomunal verga. Terminaron de sacarse la ropa y ella se acostó en el centro de la cama boca arriba y abrió las piernas mientras Mario la abrazaba y le besaba las tetas. Daniel preparó el terreno frontal con su lengua y acto seguido, comenzó a coger a la señora de la casa llenándole la concha de carne como nunca lo había hecho nadie, para que de inmediato empezara a gemir y a pedir más, enloquecida.
    
    De pronto Mario lo ve a Daniel hablándole al oído a su mujer y ella sonriente, con un movimiento afirmativo, inclinando varias veces su cabeza. Cuando vio cómo se acomodaban al esposo de la audaz Teresa se le erizó la piel, ella en el centro de la cama se volcó a su lado izquierdo, dándole la espalda (una forma de decir) a Daniel, con una expresión en su rostro en la que se mezclaba el deseo, la ansiedad y un poco, apenas, de susto. Él se aproximó con la enormidad en su mano, guiándola entre las nalgas de la rubia y como si enterrase un cuchillo en la manteca, dejó a Mario incrédulo, viendo como le clavaba la enorme verga en ...