1. El triángulo de más de tres lados


    Fecha: 03/03/2023, Categorías: Intercambios Autor: Mario Emanuelle, Fuente: CuentoRelatos

    ... que estuvimos la semana pasada los dos y yo voy a estar solo en casa... ¿no te da lástima de mí?
    
    Carmen: Mucha lástima! no lo puedo permitir! ¿a qué hora me recibe señor?
    
    Apenas se había ido su esposa, Mario que ya le había contado que ella vendría, bajó a abrirle la puerta a Carmen. Pudieron terminar lo que habían empezado en el hotel, sin prisa y sin pausa y allí él supo que a Carmen también le gustaba que le hicieran (y mucho) la cola. Pablo le había mandado saludos a Mario y ella le contó que no estaba muy segura, pero que tenía serias sospechas que su marido, se había encontrado a solas con Daniel. "Cuando lo llamé para avisarle que les había pasado sú teléfono a ustedes, Daniel de algún modo lo dejó caer, cuando me dijo mirá que a mí lo que más me gustan son las minas y los tríos".
    
    Estaban en la cama, en divertida charla cuando se escuchó el ruido de la puerta al abrirse. Teresa había regresado. Se acercó al dormitorio preguntando "¿se puede?" y escuchó la voz de su marido diciéndole "¡no sólo se puede, se debe!, ¡vení!". Teresa se desvistió y se acomodó en la cama, en el medio, besando por turnos, en la boca y con lengua a cada uno. "Estuvo genial el contador. Otro que tiene flor de aguante y la herramienta ya viste, muy bien proporcionada. Se ve que es medio tímido y que se había quedado con ganas cuando salimos los tres. Si no fuera porque sabía que ustedes estaban en esta, venía derecho a dormir, me cogió como para que tenga y que guarde".
    
    Por alguna ...
    ... extraña razón, luego de empezar casi naturalmente, la continuación de lo que habían empezado en el hotel, las dos mujeres, aún con mucha pasión, gemidos y susurros en los oídos respectivos, comenzaron a mimarse, a besarse con mucha ternura pero, sólo se quedaron en la línea superior, tetas y bocas, ninguna intención de deslizarse a la planta baja.
    
    El Monstruo
    
    Ese fin de semana Mario y Teresa se fueron a la casa de la playa. Habían coordinado con Daniel que viniera el sábado de noche y así fue. Hacía calor, tenían la puerta ventana abierta, la picada pronta, la cerveza fría, las copas en el freezer y miraban un partido de Uruguay cuando sonó el timbre. Como adelantó Carmen, Daniel era un hombre de unos 1.70, no más de 75 kilos y apareció con una botella de vino chileno bajo el brazo. La charla se dio naturalmente, fútbol, política, viajes e inevitablemente llegaron a Carmen y Pablo.
    
    Daniel: Son muy buena gente, he simpatizado mucho con ellos, Carmen es y está divina, me encanta tener sexo con ella, es fantástica en la cama y me cae muy bien como persona, va de frente, anda sin rodeos y yo soy igual. Pablo se nota que es muy buen tipo, evidentemente está pasando por una etapa rara y anda con la autoestima por el piso. Está teniendo disfuncionalidad y obviamente está preocupado y confundido. Yo soy de mente abierta, toda la vida he sido heterosexual, no se me ocurriría levantarme a un tipo por las mías, pero desde que empecé este juego es como que te das cuenta que hay ...