1. Voy a su casa y me coge junto con su amigo


    Fecha: 28/02/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo por teléfono para hablar de lo que sucedió en aquel estacionamiento, no sé porque, pero no podía olvidar como mi amigo Aquiles me cogió en el estacionamiento del boliche, pero él quería verme para aclarar todo, así que accedí a vernos en su casa, para acabar de una vez con este mal entendido.
    
    Él vive por anillo de circunvalación, en una casa bonita donde en ocasiones fui con mi esposo a sus fiestas, pero esa vez fui sola, para aclarar lo sucedido.
    
    Me puse unos pantalones de mezclilla ajustados, una blusa roja y mis tenis, no quise verme tan llamativa para evitarme más problemas y así sin más llegué puntual a la cita.
    
    A: ¡Hola, si viniste!
    
    K: ¡Es necesario aclarar todo!
    
    A: ¡Pásale, no te quedes ahí!
    
    K: ¡Qué lindo!
    
    El ambiente de mi lado era tenso, la verdad no sabía qué hacer ni que decir tenía mi bolsa en la mano como señal de inseguridad, mientras tanto Aquiles, me servía agua y sonriente me contaba su semana en el trabajo.
    
    K: ¡Oye, perdón, pero sabes a que vine!
    
    A: Sí, es verdad, sabes no olvido ese día, ¡la verdad que rico momento!
    
    K: El problema no es si fue rico o no, el problema es que no fue correcto.
    
    A: Mi estimada, sabes, debemos verlo como calor del momento y deseos comprimidos y nada más.
    
    Me molestaron un poco sus vagas respuestas, respuestas de un cogedor que solo se había echado a una más, pero en cambio yo pensaba más en nuestra amistad.
    
    K: ¡Sabes creo que ya no podemos ser amigos!
    
    A: ¿Peros porque dices ...
    ... eso?
    
    K: No lo entiendes, ¡rompimos esa amistad la entregarnos a nuestros deseos!
    
    A: ¡Mira, toma esto, relájate!
    
    Me dio una cerveza, la cual bebí de un solo trago, el sonriendo me dio una más mientras explicaba los motivos por los cuales nada debería de pasar.
    
    Honestamente lo que me dijo me pareció muy coherente y deduje que era yo que tal vez le estaba dando mucha importancia, de todos modos, no seriamos los primeros ni últimos en caer en eso y además yo no podía dármelas de santa después de lo sucedido meses anteriores, así que mejor decidí convivir un rato con Aquiles.
    
    Entre botana, platica y cerveza, fue subiendo el tono de la convivencia, Aquiles me acariciaba las piernas, me abrazaba por atrás, yo le reclamaba, pero como lo hacía riéndome, él no lo tomaba en serio, fue entonces que se escuchó su timbre y él fue a ver, era Sebastián, su amigo, un tipo de unos 50 años, moreno, chaparro, me llegaba a los hombros, de bigote de morsa, en fin, ¡feo como solo él podía!
    
    A: ¡Te presento a mi amigo, Sebas!
    
    K: ¡Hola que tal!
    
    S: ¡Que chica tan hermosa! ¡Mucho gusto!
    
    La verdad me sentí incomoda, ya eran como las 10 de la noche así que, sin decir más, ¡me despedí de ambos!
    
    K: ¡Bueno chicos, los dejo!
    
    A: ¿Que ya te vas?
    
    K: Claro, ¡ya es tarde y mi marido no sabe dónde ando!
    
    S: ¿Eres casada?
    
    K: Si lo soy, ¡bueno los dejo!
    
    S: Espera, tomate un trago de esta botella, solo una copa y ya, ¡la compre porque Aquiles me dijo que estabas aquí!
    
    K: ¡Es que ...
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