1. Recuerdos con mi hermana (II)


    Fecha: 12/02/2023, Categorías: Transexuales Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    En esa ocasión necesitaba estar a solas un poco porque necesitaba un tiempo para mí sola, quería bañarme, irme a la cama y masturbarme frente a mi espejo del tocador, tal vez con un camisón cortito. Anhelaba también meterme mi consolador y correrme como loca posesa. Pero no podía, mi numerosa familia estaba todo el tiempo en casa, era un manicomio de criaturas jugando, gritando y mis pobres padres intentando un poco de control en ese caos.
    
    Ya había agotado los pretextos para salir y largarme con mis amigos a las afueras a fumar un poco y a veces besuquearnos. Las vacaciones se alargaban interminables y hasta las idas al baño las teníamos que hacer rápidamente para que lo usáramos todos por turnos. Al día siguiente me pidieron que fuera a la casa de los abuelos a alimentar a sus animalitos: un perro, dos cerdos, un pavo y un chivito.
    
    Como los abuelos habían salido de la ciudad para una cita médica en la capital y visitar a una tía hermana del abuelo debían aprovechar y estar dos o tres días fuera de su casa. Esta era la oportunidad que estaba esperando. Lora, mi guapa hermana también andaba de un genio de la patada por la necesidad sexual que tenía, anhelaba igual que yo masturbarse y estar a solas un poco.
    
    Éramos muy jóvenes y al ser las mayores y entrar a la adolescencia comenzábamos a inquietarnos por las exigencias del cuerpo. Lora quería ir conmigo a ver los animalitos pero, mamá no la dejó acompañarme. Me salí encantada de casa y recorrí las pocas cuadras que ...
    ... había hasta la casa de los abuelos. Me apresuré a atender a los animalitos y al terminar me acosté en la cama que estaba frente a un antiguo espejo enorme de cuerpo completo, me desnudé y me contemple a gusto, era muy joven y mi cuerpo elástico, firme y de color blanco ligeramente moreno brotaba en su preciosa juventud, me puse de nalgas frente al espejo en cuatro patas para ver mi culo, era pequeño aun pero ya presagiaba su redondez y belleza.
    
    Un poco de carmín y una sombra verde en los párpados hicieron la magia femenina, me até mi largo cabello con una coqueta cinta y me masturbé sin despegar la vista de mi culo, lo acariciaba y metía primero un dedo y luego dos. Me corrí con placer, pero unos instantes después aún seguía caliente. Cerré la casa y regresé al escándalo y caos de la mía. Días después llegaron los abuelos y mi abuelita me invitó a dormir a su casa unos dos o tres días ya que el abuelo iba a viajar a Chiapas para una cacería de venado a la que lo habían invitado sus amigos ricachones ya que él era un gran rastreador. Mamá reticente de perder un par de manos para ayudarle se negaba pero al fin me dejó irme con la abuela a su casita.
    
    Lora lloró porque quería ir también, salir de ese infierno pero mamá se mostró inflexible, no le iba a dejar ir a la calle tan fácilmente pues mamá se daba cuenta de la belleza de mi hermana y sabía que solo le traería problemas si no la educaba y le hacía entender que la belleza acaba y necesitaba estudiar y esas cosas para ...
«123»