1. Tanto tiraste de la cuerda que al fin se cortó


    Fecha: 06/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Raúl, estoy en pareja con Rita y convivo con ella desde hace un año y medio. Soy un solterón de cuarenta años y ella, hoy con treinta y siete, se había divorciado a los treinta y tres. Nos conocimos en una reunión de amigos comunes y a partir de allí empezamos a frecuentarnos hasta que decidimos vivir juntos. Trabajo en un estudio jurídico de prestigio, del que soy socio minoritario, y tengo buenos ingresos. Soy un tanto retraído y me mantengo físicamente aceptable porque practico un arte marcial desde los dieciséis años, naturalmente ahora con menos intensidad. Rita hace cinco meses quedó sin trabajo por cierre de la empresa en la que era empleada. Es muy linda, con un cuerpo apetecible que sabe resaltar con la vestimenta adecuada. Agradablemente extrovertida, no hay reunión aburrida si ella está presente.
    
    Más o menos un año atrás conocimos un matrimonio más desparejo que el nuestro, Pablo de treinta y ocho y Rocío de treinta, él extrovertido, bromista y, según sus dichos, mujeriego con mucho éxito, alto y con un físico de gimnasio. Ciertamente tenía una posición económica muy buena, pues su padre le había dejado en herencia una empresa que funcionaba bien sin su presencia, además de varias propiedades. Intelectualmente es muy básico y le gusta hacer alarde de su riqueza. Rocío es psicóloga, delgada pero bien proporcionada, viste con muy buen gusto pero con si tratara de disimular su anatomía. Con el correr del tiempo me di cuenta que tiene un cuerpo deseable. ...
    ... Llevan casados cinco años.
    
    Dada la afinidad de los matrimonios era frecuente que nos reuniéramos a cenar los sábados, sea en la casa de ellos o en la nuestra, y según las ganas termináramos entretenidos con algún juego de mesa o viendo una película.
    
    Cuando nos reuníamos eran muy comunes entre Pablo y Rita las bromas subidas de tono, las frases con doble sentido y algunas cercanías que rozaban el límite de lo aceptable. Son esas situaciones que uno da por seguro son previas a algo más serio, pero que no son base suficiente para algún reclamo, pues inmediatamente el reproche se vuelve en contra con frases, “estás viendo fantasmas”, “te estás enfermando de celos”, tenés poco sentido del humor”, etc.
    
    Al comienzo esa conducta me incomodaba y no siendo razonable mantener una relación de amistad en esas condiciones, me detuve a pensar qué convenía hacer. La conclusión fue dejar que obraran sin ningún tipo de presión. Si todo obedecía a una manera desenfadada de relacionarse, la cuestión carecía de importancia. Por el contrario, si ambos estaban decididos a intimar, cualquier obstáculo que les pusiera sería sencillamente dilatar en el tiempo un desenlace inevitable. Así que dejé de preocuparme sin por ello desentenderme del tema, porque una cosa es vivir amargado por la posibilidad de ser cornudo y otra cosa es lucir los cuernos.
    
    A poco de conocernos mi relación con Rocío se transformó en muy buena y placentera. Las charlas con ella versaban sobre variadísimos temas que ...
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