1. Esclavicé a mi propia madre y su novia (I)


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Incesto Autor: Eros2020, Fuente: CuentoRelatos

    ... le abofeteaba con fuerza sus tetas, mi polla daba la impresión de crecer más y más, hasta que no pude más y sin preámbulo alguno, apoyé mi polla en la entrada de su vagina y de un solo empujón se la clavé hasta la cérvix.
    
    En ese momento, mi madre abrió la boca como si lo necesitase para respirar, y yo, agarrándola de las tetas, la atraía hacia mí, mientras mi polla se clavaba una y otra vez hasta lo más profundo de su coño. De repente, mi madre cerró su boca, con sus manos agarró con fuerza mi cabeza y atrayéndome hacia ella, aplastó sus labios con los míos y casi simultáneamente, tuvo un orgasmo tan brutal que casi me tira del sofá. Me recompuse, mi puta madre me volvió a coger de la cabeza para seguir besándome... Y los dos nos olvidamos que éramos madre e hijo. Yo seguía aplastando sus tetas y moviendo con ellas su cuerpo mientras mi gruesa polla entraba y salía de su coño con relativa facilidad, y dándome un placer extraordinario porque sus paredes vaginales estaban prácticamente pegadas a mi polla y yo notaba su intenso calor y humedad.
    
    Nuestros besos eran profundos, pasionales, casi animales y como mordiéndonos. Nuestras lenguas eran como serpientes enroscándose y tirando cada una de ellas de la otra, Nuestras salivas eran deglutidas por los dos. Y en un instante, mi madre cruzó sus piernas por detrás de mí y mientras, hacía fuerza para atraerme y aplastarme contra ella, tuvo un segundo orgasmo tan brutal como el primero y me mordió con fuerza el labio inferior ...
    ... haciéndome sangre.
    
    Al notar el dolor del mordisco y el sabor de la sangre, una fuerza irresistible de Macho Alfa me invadió, se me cruzaron los cables, aparté de un tirón las piernas de mi madre sobre mí, le di la vuelta al cuerpo y sin más preparativos, apunté mi polla a su culo, la apoyé en el anillo anal y sin importarme el dolor que le produjese, me dejé caer sobre ella penetrándola hasta los mismísimos huevos. Ahí mi madre sí que ya no pudo aguantar el dolor, apoyó su boca sobre el apoyacodos del sofá y lanzó un prolongado y lastimero grito, ahogado por el tejido, y durante unos segundos estuvo terriblemente quieta. Pero yo no.
    
    Empecé a follarle el culo sin piedad alguna y cuando vi que sus brazos los estiraba y apoyaba sus manos junto a su cabeza, no solo la follé todo lo duro que pude, sino que mis manos volvieron a abofetear sus carnes. Los glúteos pasaron en poco tiempo de blancos a rosáceos y luego a rojo intenso, y cuando me dejé caer sobre ella al correrme yo, ya eran casi granates. No dejé mi gruesa polla quieta ni un solo instante, la movía adelante y atrás para descargar, por primera vez en mi vida, todo mi semen de hijo, de macho, en el culo de mi propia madre.
    
    Estuve unos minutos tumbado sobre ella y luego, poco a poco me levanté y la miré. Vi su cuerpo desnudo, desmadejado, totalmente despeinado, desmaquillado, sudado... un culo expulsando sin prisas toda la leche que le había metido, y la gruesa toalla que estaba bajo sus partes íntimas, totalmente ...
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