1. Esclavicé a mi propia madre y su novia (I)


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Incesto Autor: Eros2020, Fuente: CuentoRelatos

    ... diámetro, se moviese con tanta facilidad en su interior.
    
    - ¿Se puede saber qué cojones estás haciendo? -le dije con voz fuerte, casi gritando- ¿Acaso se te ha olvidado que en esta casa no vives sola y esta no es una casa de putas?
    
    Mi potente voz "despertó" a mi madre con su sobresalto, y sin sacarse el consolador de su coño, aspiró tres o cuatro veces el purito mientras me miraba fijamente a los ojos, y expulsando una gran cantidad de humo, me dijo con mala leche:
    
    - ¿Y qué cojones te importa a ti que haga yo o si soy una puta? Nunca lo entenderías aunque te lo explicase en mil idiomas. Lo que estoy haciendo es follarme a mí misma, porque mi hijo, "el otro" que vive en esta casa conmigo, es un maricón de mierda. Si tuviese un hijo normal, hace tiempo que no usaría consoladores porque él me follaría todo el día. Así que vete con tus amigos maricones, rómpeles el culo y búscame hombres de verdad que me follen sin parar.
    
    Mientras mi madre me escupía de tal manera su desprecio sobre mi hombría, mi polla ya no cabía más en mis pantalones. El cuerpo de mi madre estaba terriblemente agitado por su respiración. Fumaba compulsivamente, se sirvió una más que generosa ración de coñac y yo, sin pensarlo dos veces, me desnudé delante de ella. Nuestros ojos estaban fijos el uno en los del otro, y mientras me desnudaba, mi madre recogió las piernas hacia ella como si se protegiese de mí, pero después de lo oído casi un par de horas antes, y lo excitado que yo estaba viendo ese ...
    ... cuerpo y lo que haría con él, olvidé que era mi madre, me terminé de desnudar, tiré los zapatos y cuando me acerqué al sofá con mi polla durísima, mi madre se quitó su consolador del coño, me sonrió y abrió sus piernas.
    
    - Bien madre, puesto que deseas un hombre que te folle sin parar, aquí tienes a tu propio hijo, en tu propia casa, pero desde ahora mismo ya no eres mi madre ¡eres mi maldita y pervertida puta y haré contigo lo que me dé la gana! No soy gay, soy un maldito hombre que se ha cansado de tus juegos y que te va a enseñar lo que es ser una puta barriobajera, indigna de ser tratada como una mujer, sino como un trasto para usar.
    
    La cara de mi madre cambió radicalmente y más aún, cuando ya arrodillado entre sus piernas en el sofá, empecé a abofetear sus gordas y preciosas tetas. Eran bofetadas de mis manos planas contra cada uno de sus pechos, por dentro y por fuera... y yo soy fuerte. Al principio mi madre empezó a quejarse, a moverse, a intentar zafarse de mi y de mis golpes. Sé que le estaba haciendo daño, pero por alguna razón desconocida, no me importaba. Posiblemente por la conversación telefónica que mantuvo con Estrella, pero también posiblemente, por mis propios pensamientos de cuando en mi habitación me estaba masturbando pensando que haría con esas dos putas.
    
    Los ojos de mi madre estaban inundados de lágrimas, pero ni un solo grito o gemido salió de su boca. Me miraba fijamente, como asustada y sorprendida. Pero lo más curioso para mí, es que mientras ...
«1...345...9»