1. Laura, la enfermera con fantasías


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Confesiones Autor: Enrique maduro, Fuente: CuentoRelatos

    ... que usted me diga.
    
    -Buena chica, muy buena. Y es que también estás muy buena -sus manos han bajado por los antebrazos y ahora sus palmas abiertas palpan ambos senos sobre la ropa, con un masaje que cada vez adquiere más presión, hasta alcanzar una cierta brusquedad.
    
    Laura jadea ya con más énfasis. No le importa hacerlo. Se siente deseada y ella está también muy deseosa. No piensa en anda más que en vivir esta experiencia con un hombre de esa edad que la está llevando al límite. Y se deja hacer
    
    Siente ahora como se clava la polla de Juan entre sus nalgas, presionando la tela de la falda, y suelta una mano del microscopio, para llevarla hacia atrás y buscar ese miembro viril que debe estar en su plenitud.
    
    ¡¡¡Vaya!!! Le ha sorprendido encontrarlo desnudo, fuera del pantalón. Con sus dedos rodea ese falo caliente y empieza a masajearlo, para después apretarlo contra sus nalgas.
    
    -Niña mala, traviesa, atrevida, golosa… ¿la quieres probar?
    
    -Lo que usted diga, doctor. Solo quiero que me alivie este calor.
    
    Las manos de Juan, en una maniobra rápida, han bajado hasta su cintura, y se ha adentrado bajo el niki, para subir en busca de nuevo de sus pechos. Con una habilidad exquisita, los ...
    ... han liberado de las copas del sujetador y ahora están en posesión de esas palmas que los amasan sin ninguna barrera intermedia.
    
    Laura siente sus pezones erectos, firmes, y ardientes. Pezones que son víctima de la presión de dos dedos de cada mano de Juan, hasta llevarla al límite entre el placer y el dolor.
    
    -Ahhh, sí, doctor, sí, siga por favor.
    
    Juan le suelta uno de los pechos y con la mano libre, le sube la falda hasta dejarla arrugada a modo de cinturón sobre las caderas de Laura.
    
    -Tenía razón Carlos. Eres una niña sexualmente activa. Ya lo comentan en el hospital, y vas a tener tu premio, nena.
    
    -Sí doctor, lo que usted diga doctor.
    
    Laura gime y jadea, goza y se entrega, mientras siente como Juan le coloca un pie entre sus piernas y se las separa para poder introducir sus dedos entre sus muslos.
    
    Le baja ligeramente el tanga, y se abre camino hacia su sexo, totalmente mojado y deseoso de ser tocado.
    
    Ahí está. Ohhh, así, el dedo hurga en su coñito. Primero uno, luego dos.
    
    -diosss, doctor, ahí, ahí es donde más calor tengo.
    
    -¿Ahí?, mmmm mi enfermera caliente, tú necesitas una buena follada.
    
    -Sííí, no pare, ya, haré lo que me diga, enséñeme doctor.
    
    Continuará... 
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