1. Furtel 69 (capítulo 2)


    Fecha: 22/01/2023, Categorías: Zoofilia Autor: , Fuente: RelatosEróticos

    ... contracciones, expulsaba el semen con presión y lo introducía en el interior de su órgano sexual. El orgasmo era agudo y duradero, las eyaculaciones eran continuas, algunas más intensas y otras menos intensas. Anclados de sus partes íntimas, los caninos permanecían así durante casi media hora. Aprovechaban la circunstancia para mostrar cariño recíproco: se besaban, se daban mordisquitos, se lamían y se acariciaban como una pareja de tortolitos.
    
    —Hacía tiempo que no lo hacíamos. Ya había olvidado lo sabroso que era —farfulló mientras hacía un enorme esfuerzo por mantenerse firme encima de ella.
    
    —Lo hicimos miles de veces, y aun así, lo sigo disfrutando como si fuera la primera vez —admitió con una sonrisa en su cándido rostro.
    
    —La primera vez sangraste y casi te dio un infarto por ello.
    
    —Pensé que me habías lastimado. Mis amigas me dijeron que era algo normal.
    
    —Eras una escuincla ingenua el día que te desvirgué.
    
    —Tenía dieciocho años —le recordó—. Mis padres querían que me mantuviera virgen hasta que me casara.
    
    —Lo que tus padres no sabían era que eras una libertina desenfrenada en potencia. Después de veinte años, sigues siendo la misma perra insaciable.
    
    —Y tú sigues siendo un perro baboso.
    
    —Lo que pasa es que ...
    ... duermo con la boca abierta, por eso babeo la almohada.
    
    —Lo que digas —se rio de su último comentario.
    
    Su largo juego de amor acabó a las cuatro de la tarde, momento de tomar la merienda. Se separaron, se vistieron, tomaron el equipaje y sacaron tápers de plástico con algunos sánguches de carne y verdura que devoraron en un soplo.
    
    Se dirigieron al cuarto de baño y se bañaron juntos bajo la ducha que apenas alcanzaba a mojar a los dos al mismo tiempo. Se apercibieron de que el baño era la parte más linda de la habitación. Era ideal para tener sexo, beber algún trago fuerte o fumar alguna hierba prohibida. Como no tenían toallas, tuvieron que lamerse entre sí para que se les secara el espeso pelaje. Secarse por completo les tomó más de tres horas.
    
    Tenían sueño porque se habían despertado muy temprano ese día, prefirieron omitir la cena y acostarse con las gallinas. Acurrucados como cachorritos, se acomodaron en la cama y se durmieron en cuestión de minutos, antes del anochecer.
    
    En ningún momento oyeron ruidos de los demás vecinos del piso. Las gruesas paredes imposibilitaban el traspaso de sonidos de una habitación a la otra. Ellos habían pasado su primer día en el Furtel 69, no tenían idea de todo lo que les esperaba por conocer. 
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