1. Imagina mi sorpresa


    Fecha: 23/12/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Estaba situado en la parte antigua de nuestra renovada casa de campo, y yo raramente entraba en esa habitación. Era fría en invierno y caliente en verano. Desde que compramos la propiedad habíamos enfocado nuestro dinero hacia el añadido moderno de la parte de atrás de la casa. Las dos habitaciones delanteras, aunque magníficas, siempre parecían un tanto tristes y prohibitivas con sus grandes chimeneas, techos altos, mobiliario pesado, y oscuros suelos de madera. Una se había convertido en una sala de estar de visitas, usada sólo cuando había invitados, y la otra en la oficina de Mike.
    
    Otra razón por la que raramente entraba era, también, que era donde se me castigaba. Mis conexiones con la habitación, además del dolor y la humillación, desde luego, eran de oscuridad, puesto que los azotes ocurrían típicamente de noche, cuando los niños ya estaban dormidos, después de que hubiera tenido tiempo de contemplar mi desobediencia y sus consecuencias. Y así eso era lo que esta habitación había llegado a ser para mí: un lugar de dolor, vergüenza, y tranquila oscuridad, tranquila hasta que el silencio era roto por mis sollozos, súplicas y el áspero chasquido de la pala de madera contra la piel desnuda.
    
    Estremeciéndome, entré a la habitación despacio, empujando para abrir la pesada puerta, y di la luz. Las cortinas estaban corridas, y todo estaba en su sitio: el escritorio agradablemente limpio, la vitrina de las armas cerrada, la chimenea barrida, y, tragué saliva, en la ...
    ... esquina el gabinete donde Mike guardaba las botas de marcha, sus zapatillas de invierno, sus antiguos uniformes de marino, y una dura pala colgando, mediante una correa de cuero, de un gancho.
    
    Tuve la tentación irracional de correr al gabinete y coger la pala, esconderla en algún sitio, y pretender que se había perdido. Me permití una ligera risa ante ese pensamiento, casi histérica: posiblemente él no lo hubiera creído. El secador puede tragarse calcetines pero las palas no se desvanecen en el aire.
    
    Esta era la parte más dura, lo dejé traslucir cuando me hundí en una cómoda silla, esperando el sonido de los neumáticos del coche de mi marido en la grava, el sonido que anunciaba su retorno. Tom Petty y los Heartbreakers habían cantado una canción, hacía unos años, en la que el estribillo decía, "Pero lo que espera es la parte más dura." Había oído al disk jockey de la emisora de rock decir una vez que esa canción era la favorita personal de Tom Petty de entre todas las que había escrito y me pregunté sobre ello. Nunca se habían dicho palabras más verdaderas, pensaba míseramente, y sólo una esposa azotada podía saber hasta qué punto eran verdad. Me encontré preguntándome a mí misma vagamente si Tom Petty azotaba a su esposa. Probablemente. Probablemente ella escribió la canción.
    
    Esperando estaba la parte más dura, porque todo ello era inevitable. Porque había aprendido en los últimos cinco años, que toda súplica, toda discusión, toda lucha era sin objeto, inútil, fútil... Mi ...
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