1. Córrete dentro y preña a mamá, hijo


    Fecha: 01/12/2022, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Eran otros tiempos, eran otras costumbres, pero follar siempre fue follar, y un incesto siempre fue un incesto.
    
    Benito era un terrateniente gallego, moreno, de estatura mediana y seco. Se había casado en segundas nupcias con Bibiana, una mujer 40 años menor que él. En aquellos tiempos, cómo hoy en día, a los viejos le gustaba presumir de hombría y tener un hijo a los setenta y cinco años sería una muestra de ello, pero Bibiana no quedaba preñada ni a tiros y al viejo se le acababa la paciencia. Después de follar, tumbados uno al lado del otro sobre la cama, le dijo a su mujer:
    
    -A ver si es de esta. Ya pasaron seis meses y nada.
    
    -A ver, el coño me lo llenaste bien, pero si me lo volvieras a llenar...
    
    Benito se escaqueó.
    
    -Otro día, otro día que hoy tengo sueño.
    
    No le echó otro polvo porque no se le levantaba, y la verdad es que Bibiana no tenía un solo polvo, cuando menos tenía media docena. Os cuento cómo era.
    
    Bibiana era de estatura mediana, morena, maciza, tenía las tetas grandes y esponjosas, un culo gordo y un coño de los que parecía que le echaran abono por la cantidad de pelo que tenía.
    
    Benito ya tenía un hijo, se llamaba Pedro, tenía treinta años, era moreno, más alto que su padre, fuerte, guapo de cara, con un buen cuerpo y era un depredador sexual, y cómo todo depredador sexual al follar no tenía límites, eso lo sabían bien algunas casadas y solteras que iban a trabajar al jornal en sus tierras, ya que les dejaba el coño cómo un bebedero de ...
    ... patos... Todas repetían hasta que el señorito les daba puerta.
    
    Pedro sabía de la obsesión de su padre por tener otro hijo y eso le sentaba cómo un tiro, ya que de ser el único heredero tendría que repartir, eso si no le dejaba todo a su futuro hermano.
    
    Pedro no hacía buenas migas con Bibiana, ya que sabía que se casara con su padre por el dinero, bueno, lo sabía él y lo sabía todo el pueblo, el único que se creía que Bibiana se casara por amor era el viejo.
    
    Cierta noche que Benito fuera a la capital por negocios, Bibiana se encontró con Pedro en el pasillo. Él venía de la taberna de jugar una partida y ella venía del aseo vestida con un camisón que le llegaba a los pies. La arrimó contra la pared, y le dijo con sorna:
    
    -¿Quiere pasar una noche con un hombre de verdad, madre?
    
    Era la primera vez que le llamaba madre. Su ironía y su desfachatez la cabrearon y sin rehuir su mirada, le respondió:
    
    -Quiero, hijo. ¿Pero dónde está el hombre?
    
    Pedro le metió la lengua en boca al tiempo que le echaba la mano derecha al coño. Después de dejarla sin aliento, le dijo:
    
    -Aquí, madre, aquí está el hombre.
    
    Bibiana sintió la verga dura de Pedro entre sus piernas y se excitó, aunque lo disimuló bien.
    
    -Déjame. No veo a ningún hombre, veo a un payaso.
    
    Pedro se separó de su madrastra. Con aires de superioridad y sin dejar de vacilar, le dijo:
    
    -Usted se lo pierde, madre.
    
    Bibiana también siguió con la ironía.
    
    -No creo que me pierda gran cosa, hijo.
    
    Pedro echó ...
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