1. Lo que sucede con los dentistas


    Fecha: 30/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Andy Cachonda, Fuente: CuentoRelatos

    Les voy a platicar lo que pasó con mi dentista. Ya la ocasión anterior que había ido me había estado manoseando, pero de forma discreta así que esta vez decidí ponerme un vestido de mezclilla de botones al frente, corto y el bra y las bragas de color melón y encaje que deja entrever mis formas de una manera muy sensual, acompañadas de unas zapatillas nude abiertas y muy coquetas.
    
    Fui a la cita convenida y no había más que una persona citada en los horarios que da, lo cual ha resultado conveniente; él se comportó como si nada, como si lo que hubiera pasado hace algunos días no se hubiera dado, ni por ello quiere decir que menos amable, a su modo. Esto me turbo un poco y supuse entonces que no pasaría nada. Aun así tomé unos escalones de distancia para que al ir atrás se diera cuenta de mi ropa interior, lo cual básicamente imposible que pasara por alto.
    
    Me pidió que me acomodara en la silla y al hacerlo uno de los botones de la parte inferior al levantar la pierna se deslizó del ojal para que descubriera aún más las piernas, esto y lo corto del vestido hacían que el nacimiento de mis piernas se percibiera, el no hacía nada, pero sus ojos se posaban en ellas y en la abertura que a la altura de mis nenas se daba.
    
    Comenzó a trabajar y entonces pude sentir que si habría algo, ya que primero comenzó a rozar con sus brazos mis nenas para luego a medida que avanzaba iba quitando alternadamente los botones del vestido, uno arriba u otro abajo, hasta que dejó al descubierto ...
    ... mi cuerpo, también poco a poco quito mi bra porque al estar ya con los botones liberados del vestido, paso su mano por las nenas, la deslizó por la espalda y desabrocho mi bra, paso su mano al frente y bajo la parte de las copas, delineando su figura; después siguiendo los tirantes llego a los hombros y los bajo, se dedicó más a su lado derecho y metió su mano en mi manga hasta deslizarlo por mi mano y jalarlo después, dejando libre mi nena; del otro lado no, solo lo bajo por los hombros, quitándole junto con él vestido.
    
    Mientras me decía que no me moviera, siguió haciendo lo suyo, y en cada oportunidad delineaba con sus dedos desde mis piernas hasta la redondez de mis senos.
    
    Al terminar de hacer lo planeado para ese día. Sin dejarme mover quito una a una de mis mangas y puso su mano entre mis piernas separándolas para introducir sus dedos en mi panochita, se había puesto otros guantes y se sintió frío, sentí que se había puesto algo viscoso (gel lubricante) en ellos que los hacía más frescos, colocó mis piernas abiertas como en mariposa y estuvo entre mis senos y mi panochita sirviéndose a su antojo, yo gemía a cada embestida. Haciendo movimientos con mi cadera, él dejaba que me moviera un poco y después me indicaba que parara. Este juego me encantaba, se inclinó para mover la lámpara y la colocó encendida en mi cara; no podía ver y este estado de incapacidad lo aprovecho para tocar mis dedos y lamerlos, morderlos, insistía además en que no me moviera, no dejaba de ...
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