1. Ella (I)


    Fecha: 29/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Ella trabajaba en el departamento de compras en mi empresa. No sé qué tenía o qué desprendía, pero sin duda sentía una gran atracción hacia ella, como los planetas que inexorablemente orbitan alrededor de una estrella. De estatura media y pelo ondulado y rubio, creo que teñido, tenía unos ojos negros y grandes y era gordita pero con unas proporciones que me resultaban muy atractivas, con curvas donde debían estar. Para qué negarlo, siempre me atrajeron las mujeres así: gorditas y con mucho pecho. Supongo que algún psicólogo podría sacar un trauma o dos de esto. Pero aun gustándome físicamente, no era aquello por lo que me obsesionaba, era otra cosa. Solía vestir informal y casi nunca con tacones, pero eso no le restaba atractivo. Al principio intentaba disimular, alguna mirada fugaz cuando estaba de espaldas, pero poco a poco me fue calando y no podía evitar levantar la vista para mirarla pasar. No es que me estuviera enamorando de ella, era otra cosa que no podía explicar. Era algo indefinido, como si sus feromonas estuvieran sintonizadas para volverme loco o tuviera una energía sexual que me atraía como una polilla a la luz… No sé, pero no podía dejar de mirarla.
    
    Trabajaba en obra civil y yo viajaba con frecuencia a supervisar las distintas obras que teníamos por todo el país. Un día aquí, otro día allá. A veces semanas enteras sin mi ración de ella que solo podía obtener en la oficina. A veces, cuando dormía en un hotel, me masturbaba pensando en alguna fantasía con ...
    ... ella. Era como un deseo inconfesable: por mucho que deseara algo con ella, no me atrevía. Pensaba que mi tiempo mas satisfactorio con ella seria una eyaculación al vacío, algo breve e insustancial.
    
    Un día, uno de nuestros compañeros se jubiló: cuarenta años en la empresa y después del trabajo, el último viernes. Los del departamento decidieron organizarle unas cervezas para despedirlo. Yo venía de viaje y llegué directo al bar. Había ya bastante gente y lo primero que hice fue obtener mi dosis después de toda la semana sin verla. Esta vez era muy consciente de la presencia de los demás y quería ir con cuidado hasta que vi su cabellera rubia de espaldas. Inmediatamente mi droga, literalmente, llegó a al cerebro y me relajé. La tarde pasó. Unas raciones, cervezas… y poco a poco éramos menos. Por supuesto, yo estaba alerta, deseando interiormente que ella no se fuera. Hacia las ocho de la tarde, quedábamos los irreductibles: algunos compañeros, dos jefes, ella… y yo. Decidimos seguir de juerga y nos movimos a una zona cercana de bares, donde ya empezamos a tomar copas. Aunque llevábamos toda la tarde bebiendo, me cuidé mucho de no pasarme.
    
    Estábamos en grupillos, hablando y bebiendo cuando de pronto di un paso hacia atrás y choqué con ella. Me di inmediatamente la vuelta y lo primero que vi fueron sus ojos negros brillando con rabia. Esos ojos. Era más alto que ella pero, en aquel momento, parecía que ella un alfeñique en comparación. Me disculpé profusamente, le rogué que ...
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