1. Tripulación caliente


    Fecha: 27/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... erupción.
    
    -¿No me dejas verlo? -me miró sorprendido, como si no me esperase escuchar-. ¿Tampoco quieres que hable?
    
    -Quiero –se acercó hasta mis labios al pronunciarlo. Me besó con una delicadeza cubierta de un deseo salvaje-. Pero prefiero que gimas. Desabróchame el pantalón.
    
    -Sí, señor –dije, riéndome.
    
    -Jamás me había puesto tanto que me dijeran eso.
    
    Le quité el cinturón y bajé la cremallera, dejando libre un bulto que me hacía adivinar su tamaño. Me mordí el labio imaginándolo completamente libre de la ropa. Me pasó una mano por un hombro, bajando el tirante del sostén que todavía llevaba puesto; hizo lo mismo en el otro. Metió la mano en uno de mis pechos y lo estrujó hasta que me hizo desear que pellizcase el pezón y como si lo hubiese adivinado, pellizcó uno entre los dedos. Lo complací soltando un gemido.
    
    -Métetelo a la boca –le pedí con urgencia, notando como no quedaba nada de mi tanga seco.
    
    -Sí, señora.
    
    Su mirada perversa se escondió entre mis pechos y de repente sentí su lengua jugueteando con él. Liberó por fin mi pecho del sujetador, lo cual me hizo sentir un escalofrío. Se detuvo un instante observando mis pechos. Me clavó esa mirada ardiente, con la que sentía que me atravesaba. Llevé las manos a su entrepierna y le bajé los calzoncillos para poder admirar de una vez aquel miembro que deseaba tener dentro.
    
    Moví las manos arriba y abajo, sujetándolo con firmeza. Entreabrió la boca y cerró los ojos, disfrutando del momento. Mientras ...
    ... deslizaba una mano, con la otra comencé a acariciar sus huevos, notando la suavidad y lo duros que estaban, en cualquier momento haría que se corriese. Empecé a estirar de él, porque quería tenerlo dentro de mí a toda costa. Entendió qué era lo que le sugería y se dejó arrastrar hasta mi boca. Apenas puse la lengua sobre la punta y noté su sabor a semen y a hombre, un escalofrío recorrió mi baja espalda hasta mi vientre.
    
    De repente, unos golpes en la puerta nos alarmaron. Él se apartó de mí y yo me apoyé sobre los codos, queriendo que fuera solo una llamada errónea. Los golpes se repitieron y esta vez, llamaron mi nombre con urgencia.
    
    -¡Rápido! ¡Escóndete!
    
    -¿Dónde quieres que me esconda?
    
    -¡En la bañera!
    
    Lo empujé hasta el baño y tomé una toalla de forma apresurada, para intentar despachar a mi amiga rápidamente.
    
    -¡Espera! –dijo, atrayéndome hacia sí una vez más-. Tienes pintalabios en la cara, continuó diciendo mientras me besaba y metía la mano bajo la toalla.
    
    -¿Qué haces? ¡Están llamando…!
    
    La voz en la puerta me gritaba con más urgencia. Y sus dedos se abrían paso a través de la toalla y de mi tanga, encontrando el camino húmedo hasta mi placer. Deslizó los dedos arriba y abajo y me sujetó con firmeza mientras me mordía los labios.
    
    -¡Líbrate de ella! Además…, me dijiste que te moverías cuando te lo dijera y lo has hecho cuando has querido –aumentó el ritmo del movimiento entre mis muslos-. Voy a tener que hacer algo para castigarte.
    
    -Le diré que me ...