1. La amiga de mi madre (Parte I)


    Fecha: 24/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... Además quien sabe, a lo mejor y me quedo soltero. A usted no le va tan mal.
    
    -¡Ay no! No diga eso, usted tiene que hacer su vida. Si supiera, no siempre es tan bueno estar solo como pudiera parecer. –me respondió con un tono un poco desalentador.
    
    -Ánimo Mari, ya verá que las cosas van a mejorar, usted sabe que cuenta con nuestra familia, en especial conmigo… y para que vea, quiero comprar un par de cosas, ¿tiene donde pueda probarme esto?
    
    -Ay tan lindo, gracias, si claro. Venga por aquí tengo el vestidor.
    
    Yo había escogido un par de playeras, un pantalón y una bermuda. Ella me mostró el vestidor, detrás del mostrador principal. Era un espacio angosto que ella había acondicionado.
    
    Comencé con las playeras, una me quedó bien, la segunda era muy pequeña. Hacía calor, así que decidí quedarme sin camisa mientras me probaba las demás prendas. El pantalón me quedaba, pero era demasiado ajustado para mi gusto.
    
    Cuando me incliné para probarme la bermuda la cortina se abrió levemente, pude ver el enorme trasero de Maritza que se encontraba apoyando sus codos sobre el mostrador mirando su celular.
    
    Llevaba unos leggings grises, una blusa corta de tirantes que se subía fácilmente sobre sus prominentes glúteos. Podía ver su diminuta tanga marcarse por debajo de esos apretados leggings. Sus pechos posaban delicadamente sobre uno de sus antebrazos en el mostrador. Maritza parecía haber subido un par de kilos esa temporada, pero los había ganado exclusivamente en sus ...
    ... glúteos y tetas, lo cual la hacía ver más sensual que de costumbre.
    
    Una intensa erección brotó entre mis piernas. Llevaba rato teniendo deseos de intentar algo con Maritza, y aquel sería el momento perfecto.
    
    -¡Mari! –grité
    
    -Si dígame –dijo mientras se acercaba al vestidor.
    
    -¿No tiene una talla más grande de bermuda? Esta me quedó muy pequeña, mire –le dije riendo.
    
    Abrí la cortina para mostrarle, la bermuda no me cerraba en la cadera, desabrochada, con el zipper abajo y con el enorme bulto de mí erección que sobresalía entre la prenda, le mostré.
    
    Maritza me miró de una manera lasciva que jamás había demostrado. Trató de disimular pero fue inevitable notar que observaba mi paquete mientras fingía ver la bermuda. Me miró sorprendida y en silencio por unos segundos para luego reaccionar.
    
    -Ah, ya veo, si claro, buscaré una más grande y se la traigo.
    
    -¡Gracias Mari! –me quedé dentro del vestidor acariciándome el pene mientras fisgoneaba el trasero de Maritza balanceándose al caminar.
    
    Luego de un rato regresó con lo solicitado.
    
    -Encontré una talla más grande, pero no del mismo color, esta es negra –dijo, acercándose a la cortina del vestidor.
    
    Perfectamente pudo colgar la prenda por arriba de la cortina para que yo la tomase. Pero no, se quedó parada frente a la cortina como esperando que yo saliera a recibirla de sus manos.
    
    -Bueno, no hay problema, lo importante es que me quede –abrí la cortina nuevamente. Esta vez me encontraba casi desnudo. El bóxer ...