1. La amiga de mi madre (Parte I)


    Fecha: 24/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    Maritza, es una amiga de mí madre desde su infancia. Ronda alrededor de sus 38 años. Es una mujer de 1.65 m de altura, cabello castaño oscuro, no es de complexión muy delgada sin embargo eso no evita que posea una figura muy sensual. Sus pechos de un generoso tamaño se dibujan en su ropa como dos gotas de agua, son firmes para su edad y he notado que no parecen necesitar de sostén para que permanezcan en su sitio.
    
    Su cintura no es tan delgada, pero la anchura de sus glúteos dibuja sus voluminosas curvas haciéndola ver muy sensual y apetecible. Sus piernas son robustas pero bien formadas y no hay signos de flacidez por ninguna parte de su cuerpo. Para su edad está muy bien conservada.
    
    Ella nunca se casó ni tuvo hijos. Intentó llevar una vida de pareja con un sujeto pero el tipo era un irresponsable. Después de dos historias similares decidió optar por la vida de soltera.
    
    Los últimos 2 años han sido un poco complicados para ella en cuestiones laborales y económicas. La terrible situación sanitaria y las medidas de cuarentena habían terminado de complicar su condición.
    
    En busca de una solución a su problemática decidió emprender y convirtió la sala de su casa en un local de venta de ropa americana a precios bajos.
    
    Aun así el negocio no parecía ir del todo bien. En un par de ocasiones le escuché contar a mi madre que las ventas eran muy escasas y que apenas lograba cubrir los gastos de comida y servicios.
    
    El sábado por la mañana me dirigía al supermercado. Pasé ...
    ... frente a su casa, que me queda de camino, pude verla sentada, recostada en el mostrador, su local no tenía cliente alguno. Aburrida ocupaba su tiempo husmeando en su celular mientras esperaba la visita de algún cliente.
    
    Esa escena me pareció triste, de vuelta a casa decidí pasar por su local y comprar alguna prenda para tratar de alegrarle un poco el día.
    
    -¡Hola!, ¡Quiero toda la ropa del local por favor! –entré, bromeando alegremente para animarla.
    
    -Hola muchachón, que gusto verlo, pase, con gusto empacaré todo –respondió mientras reía de mis ocurrencias.
    
    Me acerqué hasta el mostrador donde estaba, la saludé con un beso en la mejilla como era costumbre y posé mi mano suavemente sobre la suya en el mostrador.
    
    -¿Qué tal está Mari, como le ha ido?
    
    -Aquí, haciendo la lucha como siempre, pero el negocio está muerto estos días, a usted ¿qué tal le va?
    
    -Normal, todo tranquilo, ahí viendo qué hacemos.
    
    -¿Qué tal su mamá, están todos bien en casa?
    
    -Si gracias a Dios todos estamos bien, tratamos de no salir mucho por esto del virus –dije mientras comenzaba a husmear entre la ropa que tenía a la venta.
    
    -Me alegra mucho y ¿que cuenta la novia? –me preguntó en son de broma, pues sabía qué hace tiempo que estoy soltero
    
    -¿Novia?, yo no sé qué es eso Mari, es pecado. –le dije riendo.
    
    -Ya va siendo hora de que se consiga una linda muchacha, tengo que conocer a sus hijos aún.
    
    -Jaja no Mari, tranquila, no me apresure que yo estoy bien así, por el momento. ...
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