1. Clases de guitarra


    Fecha: 23/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Covid, Fuente: CuentoRelatos

    ... mucho. No supe bien cómo reaccionar así que solo atiné a ofrecerle unos pañuelos desechables y escucharla con atención. Me dijo que estaba pasando por un momento muy difícil, que tenía una depresión profunda porque recientemente se había divorciado. Tenía tres hijos, su ex esposo era un hombre con mucho dinero con quien se había casado siendo muy joven. Él la había tenido siempre en una “jaula de oro” y le daba todo lo que ella quería, pero que nunca le permitió trabajar, estudiar, salir a divertirse o hacer algo interesante de su vida.
    
    Ahora que se habían divorciado su rutina se había desmoronado, se encontraba desolada y sentía que estaba vagando sin un propósito, por lo que estaba poco a poco comenzando a buscar nuevas actividades.
    
    Le dije que todo iba a estar bien, que aprender a tocar un instrumento sería de muchísima ayuda en su proceso, y que iba a aprender no solo a tocar la guitarra sino a apreciar la música de un modo distinto, así que comenzamos. Aunque mi intención era dar el curso gratis ella insistió en pagarme a lo que accedí.
    
    Quisiera remarcar que desde un inicio noté en ella una evidente timidez y una gran falta de confianza en sí misma, pero al mismo tiempo noté que encontraba en mi casa un espacio agradable. Muy pronto empezó a desarrollar cierto apego hacia mí y siempre fue muy cariñosa y efusiva en sus saludos y despedidas. Cada que la acompañaba a la puerta después de una sesión me abrazaba muy fuerte y me agradecía mucho.
    
    Fuera de las ...
    ... clases no teníamos ningún contacto; Nunca le llamé por teléfono ni nos escribíamos salvo para confirmar los horarios. Las clases por lo general eran una vez a la semana y duraban una hora y media, tiempo durante el cual le enseñaba algo de teoría musical y uso práctico del instrumento, pero también solía mostrarle piezas musicales con el fin de analizarlas y apreciarlas de diferente manera. Casi siempre, al final de la clase platicábamos un rato y esas conversaciones sin duda le servían de catarsis, me contaba sin entrar en detalles acerca de su estado de ánimo y me daba a cuentagotas más información sobre su matrimonio fallido y sobre sus hijos cosa que incrementó su apego hacia mí. Yo por mi parte hacía mi mejor esfuerzo para mantener a raya el cariño que empezaba a sentir por ella.
    
    Una tarde, acabábamos de terminar la sesión y salíamos de mi habitación con dirección a la puerta cuando me abrazó justo antes de bajar las escaleras y me besó. Correspondí al beso pensando que se arrepentiría en cualquier momento y me diría que fue un error pero no lo hizo y permanecimos así un buen rato, de pie besándonos frente a las escaleras. No dijimos nada más, la acompañé a la puerta y nos despedimos como siempre.
    
    Me quedó claro que su apego ya se había convertido en deseo y no pensaba desaprovecharlo. La semana siguiente nos vimos como de costumbre y la noté más cómoda y desenvuelta, además de que iba más arreglada; llevaba puesto un labial rosa, el cabello recogido y un vestido ligero ...
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