1. ¿Volverás a dejar que juegue contigo, Rosalía?


    Fecha: 19/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... clítoris. Le volví a dar otro pico y ya me lo devolvió, le volví a mamar las tetas. Rosalía ya estaba cachonda a más no poder, ya que movía la pelvis alrededor cuando mis dedos dejaban de hacerlo. La besé con lengua y puso la suya a mi disposición. Después de cada beso volvía a bajar la cabeza... Cuando la levantó sin besarla fue para mirarme a los ojos, y susurrando, decir:
    
    -Me corro.
    
    Sentí cómo su coño se le encharcaba de jugos y cómo se estremecía, diciendo:
    
    -¡Ayyy! ¡¡Ayyyy...!!
    
    Cuando acabó de correrse yo ya estaba empalmado y con ganas de meter. ¡Y Quién no tendría ganas de meter dentro de ella! Rosalía era un cuadro de la Rosalía que triunfa cómo cantante, sí, esa que del flamenco pasó a ser una pop star. Tenía el mismo, cabello, la misma atura... Tenía el mismo cuerpo, y si me apuran de cara aún era más bella. Sabía que no me iba a dejar meter por las buenas, así que debía buscar la forma, lo que hice fue chupar mis dedos y la palma de la mano, y decirle:
    
    -¿Me dejas que te coma el coño?
    
    Volvía a tener la cabeza gacha.
    
    -No. ¿Cómo puede ser tan cochino?
    
    -Porque me gusta su sabor.
    
    Era vergonzosa, pero no se chupaba el dedo, no, de tonta no tenía ni un pelo. Me dijo:
    
    -Lo que quiere es echarme un polvo.
    
    -¿Qué te hace pensar eso?
    
    -Estoy viendo el bulto que hace su polla en el pantalón.
    
    Tenía que seguir con la seducción.
    
    -Ya, pero me conformo con lamer tu coño y hacer que te corras en mi boca.
    
    Levantó la cabeza, y muy seria, me ...
    ... dijo:
    
    -¡Qué barbaridad! ¿Una mujer se corre así?
    
    -Te aseguro que te correrás
    
    -No sé si dejarle... Me da vergüenza que me vea el coño.
    
    -Seguro que lo tienes lindo, una chica preciosa tiene que tener un coño bonito. ¿Quieres ver mi polla?
    
    Ya se echó al monte, me respondió:
    
    -Bueno.
    
    Saqué la polla la miró de reojo, y me dijo:
    
    -Es más grande de lo que yo pensaba.
    
    -¿Quieres conocer su sabor?
    
    -No.
    
    Le puse la mano en la nuca y le llevé la boca a mi polla empalmada sin que opusiera resistencia, pero no abrió la boca. Le froté la polla mojada en los labios. Sacó la punta de la lengua y la pasó por el meato, luego abrió la boca y me la chupó un par de veces, después me dijo:
    
    -No me gusta, sabe raro.
    
    La eché hacia atrás y le pasé la polla mojada por los pezones y las areolas... Se la volví a poner en los labios, la cogió y la chupó una docena de veces. Luego quitó la blusa y el sujetador, yo le quité la falda y después le volví a pasar la polla por las areolas y los pezones y acto seguido quise frotársela en el coño. Se volvió a sentar, y me dijo:
    
    -¡No, puedo quedar preñada!
    
    -No te la voy a meter, te la voy a frotar en el coño.
    
    Le puse una mano en el pecho y se dejó caer hacia atrás, le eché las manos a las bragas, ella levantó el culo y se las quité. ¡Cómo estaban! Estaban para escurrir. Las eché a un lado, metí mi cabeza entre sus piernas y lamí su coño pequeñito. Sentí otra vez, cómo en un susurro:
    
    -Me corro.
    
    Solo le había lamido el ...