1. Fiesta nacional


    Fecha: 17/11/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hoy celebramos la fiesta nacional y es costumbre salir a la calle para compartir con el resto de ciudadanos la alegría y la fiesta. Nosotros vivimos en un pueblecito pequeño y la fiesta resulta deslucida, por lo que hemos quedado con nuestros vecinos Silvia y Raúl para ir juntos a la capital donde siempre hay mucho ambiente y sobre todo tienen un espectáculo de fuegos artificiales extraordinariamente lucido.
    
    Para el evento los cuatro nos vestimos con ropa típica y así contribuimos a hacer más grande la fiesta.
    
    Mi esposa luce una blusa blanca con mangas y cuello de volantes a la que añade una falda larga gris de doble campana rematada con encajes blancos. Mi vecina lleva una blusa blanca sin mangas con pechera bordada y escote generoso. La falda larga y blanca tiene varias líneas de encajes horizontales y mucho vuelo.
    
    Tanto Raúl como yo convenimos en que nuestras respectivas esposas están deliciosas y que habrá que cuidarlas mucho para que ningún sinvergüenza se aproveche de las aglomeraciones para meterles mano.
    
    Raúl tiene el carro más grande y decidimos ir con él hasta la entrada de la ciudad, estacionarlo allí y tomar un autobús que nos lleve al centro.
    
    Dejamos el coche en un gran aparcamiento disuasorio que hay a la entrada de la ciudad. Allí ya se percibe el gran bullicio que nos espera en el centro. Un rio de gente se encamina hacia las paradas de autobuses que actúan de lanzadera desde el aparcamiento a la zona antigua de la ciudad que es donde se ...
    ... concentra la fiesta.
    
    Hacia allí nos encaminamos cogidos de la mano por miedo a que la muchedumbre que nos envuelve nos separe y nos perdamos unos a otros. Tras una corta espera nos logramos meternos en el autobús que acaba de llegar que se llena enseguida. Estamos de pie apretujados los cuatro juntos pegados a una de las ventanas.
    
    Mi esposa y Silvia están una frente a la otra, Raúl y yo justo detrás de nuestras respectivas esposas, protegiéndolas de posibles empujones de los otros pasajeros.
    
    De forma brusca se pone nos ponemos en marcha lo que provoca un desplazamiento masivo de los viajeros. Para evitar otros sobresaltos, ellas se ponen mirando por la ventana cogidas a la barra que hay a la altura de la cintura, nosotros nos cogemos a la barra del techo protegiendo con nuestros cuerpos el de ellas.
    
    Tras los primeros vaivenes del vehículo mi cadera entra en contacto con las nalgas de Silvia. Reconozco su curva y la turgencia de sus cachete a través de la tela del vestido. Uhmmm, que morbosa situación, aquí los cuatro juntos, rodeados de gente… lo peligroso, lo prohibido se me antoja muy excitante.
    
    Entre nosotros comentamos la incomodidad del viaje, aunque aceptamos que todos queremos llegar al mismo sitio en el mismo momento. Las bruscas paradas y arrancadas del autobús provocan que nos estemos dando pequeños empujones entre nosotros consecuencia de los movimientos del resto de pasajeros.
    
    Cambio la mano con que me agarro a la barra, y la que queda libre la apoyo ...
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