1. 3, 2, 1... Feliz Año Nuevo


    Fecha: 15/11/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: SebastianYLN, Fuente: CuentoRelatos

    ... con su orgasmo.
    
    Sin esperar un momento a llevé a la puerta de cristal que da para el balcón de mi cuarto. La pegue a la puerta y el frio del contacto hizo que se le erizara la piel. Estando ella de frente a la puerta y de espalda a mí me arrodille y baje tu panty. Bese su espalda y baje mi lengua hacia sus nalgas mordiéndolas suavemente. Ella se dobló hacia al frente poniéndose en posición para que yo separara sus nalgas. Metí mi cabeza entre medio de ellas quedando mi boca en justa posición para que mi lengua tocara su clítoris. Jugué con mi lengua y su clítoris como quise. Alterné con mi mano y hasta un buen beso negro le di a pedidos suyos. A ella le gustaba y me lo decía entre gemidos. Mire la hora y faltaban siete minutos para las 12 pero no tenía prisa. La puerta de cristal ya estaba empañada con su respiración. Seguí dándole placer usando mi lengua y dedos con mucha intensidad hasta que escuché que me gritó que la penetrara.
    
    Me paré y en la misma posición que estaba ella le acomodé mi duro miembro. Se lo deje adentro por un rato pues quería que lo sintiera completo. Una vez se estaba relajando comencé a penetrarla lento, pero con fuerza. Los dos recostados de la puerta la envestíamos como si quisiéramos romperla. Los golpes de la puerta casi nos ...
    ... delataban. Ella me pedía que lo hiciera más duro y así lo hacía. Me separé un poco para agarrarla por las caderas y poder aumentar mi intensidad. Nuestros cuerpos ya sonaban como grandes aplausos. Una vez entramos en ritmo la agarré por el pelo como jinete montando a su corcel. Eso la volvía loca y entre palabras impublicables me lo decía. Comencé a ver a lo lejos como el paisaje del pueblo comenzó a llenarse de luz. Eran los cientos de fuegos artificiales que acompañan cada despedida de año. En eso escuche una voz a los lejos que decía que quedaban cuarenta y cinco segundos. Al escuchar eso ajoré mi paso y tanto Brenda como yo comenzamos a movernos con una intensidad nunca alcanzada esa noche. Ese ritmo siguió hasta que escuche el conteo a coro; 6... 5... 4... 3… 2… 1!!! Al sonar las doce cerré mis ojos y saqué mi pene dejándole caer la descarga caliente en la sudada espalda de Brenda quien entre gemidos anunciaba que también había llegado al orgasmo. Los ensordecedores fuegos artificiales festejaron aquella demostración de pasión carnal. Lo que prometía ser un beso culmino en una fiesta de placer.
    
    Casi exhausto me tire en la cama. Cerré mis ojos un momento. Al rato me despertó la voz de mi madre diciéndome “Mi amor despiértate, falta una hora para despedir el año”. 
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