1. La paja


    Fecha: 08/11/2022, Categorías: Masturbación Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    Agosto, una y media de la madrugada, mucho calor y Silvia no puede dormir. Durante un rato estuvo observando el cuerpo desnudo de Luismi, que sí dormía a su lado boca abajo. Las persianas semi cerradas para que entrase algo de aire en aquella calurosa noche también dejaba entrar luz suficiente para verle perfectamente.
    
    Le observaba el culo. Un buen culo pensó. A ella le gustaba mucho. Le gustaba agarrárselo fuerte cuando lo hacían. Alargó la mano y se lo acarició. Él reaccionó suspirando y dándose la vuelta aunque aún dormido. Ahora ella le podía ver la polla. No la tenía grande pero si era gorda y a ella le daba mucho placer. Sintió el deseo de acercarse y besarla, de lamerla, de darle una buena mamada. Pero no le iba a despertar.
    
    Se tumbó mirando al techo y comenzó a acariciarse con las yemas de los dedos. Se rozaba los labios rasurados. Hacía pasar sus dedos por su rajita, sintiendo el calor que desprendía. Un calor que comenzaba a subirle desde el coño hasta su cabeza. Una humedad ardiente empezaba a manar de su sexo mojándole los dedos que recorrían toda la zona. Desde la entrada junto al ano hasta el final donde su clítoris comenzaba a reaccionar al roce.
    
    Suspiró profundamente antes de girarse y ponerse boca abajo. Estaba excitada.
    
    Colocó la cabeza al lado contrario de donde estaba Luismi, encogió un poco la pierna derecha. Metió su mano bajo su cuerpo y comprobó que se podía manejar con facilidad. Se palpó todo el coño con la palma de la mano. Introdujo dos ...
    ... dedos en el interior de su vagina y luego los pasó por su clítoris. Ahora solo faltaba algún recuerdo que le facilitara llegar al clímax.
    
    Hacía un momento le había deseado mamar la polla a su novio, así que a su mente vino el recuerdo de la primera polla que mamó. El mismo día que perdió su virginidad.
    
    Comenzó a rozar su clítoris levemente en círculos y comenzó a revivir su pasado.
    
    Su hermano Miguel Ángel, cuatro años mayor que ella tenía un amigo llamado Franky. Ambos jugaban al baloncesto. Todo el mundo estaba con la fiebre del baloncesto a finales de los ochenta. Iban al mismo instituto y salían de copas juntos.
    
    Cuando ellos estaban en COU, Franky venía a casa y se metían en la habitación a estudiar. A ella y a su íntima amiga Genia les encantaba Franky. Era un tipo bastante alto y fuerte, pelo largo y rubio. Ojos azules y una sonrisa perfecta. Tenía pinta de surfero sacado de alguna serie americana.
    
    Cuando los chicos salían de la habitación y se iban a la calle. Ellas dos entraban en busca de alguna foto de los dos amigos para quedársela. Un día en uno de esos registros descubrieron un gran secreto. En un rincón, dentro de una caja de zapatillas de baloncesto Reebok, encontraron unas revistas porno que no dudaron en ojear juntas. Aquello cambió por completo la situación. A partir de ese día descubrieron la sexualidad. No tenían muy claro lo que veían en aquellas revistas, pero empezaron a notar lo que era la excitación sexual y la masturbación. Durante los ...
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