1. Una relación laboral


    Fecha: 04/11/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... ella, porque en muchos momentos se sentía ignorada por él, y cosas de ese tipo. Y, tal vez, acerté en muchas de mis apreciaciones y me gané su confianza porque, pasado un año, su comportamiento con respecto a mí empezó a cambiar.
    
    Un buen día llegó a uno de esos almuerzos bastante vulnerable. Su pareja había sido despedida del trabajo y ella tenía que asumir toda la carga de gastos del hogar, lo cual le parecía bastante injusto. Y lo que más la afectaba era que él le hacía ver que era su responsabilidad aguantar la situación, pues para eso eran pareja y estaban casados. Y ella no encontraba justo que tuviera que someterse ante él en todo sentido. Yo traté de ser discreto para darle a entender que, si no era de su gusto, tenía toda la libertad de reclamar su independencia y gestionar las situaciones de manera diferente. Y, bueno, al final, resultamos hablando de relaciones sexuales.
    
    Era claro que ella se sentía sometida y, literalmente, como un objeto, a disposición de su pareja, tanto afectiva como sexualmente, y no sabía cómo rebelarse, entre otras cosas porque entendía que ella, como esposa, se debía a su marido y que, si había aceptado ser su pareja, debía procurar complacerle en todo. Pero ciertamente había en aquello algo que le generaba malestar e incomodidad. Y alrededor de eso, tratando de buscar el para qué y por qué de lo que estaba experimentando, tuvimos largas conversaciones, donde yo, generalmente, me dedicaba a escucharla para saber qué estaba ...
    ... pensando.
    
    Un buen día, en horas de la tarde, aprovechando que estaba solo, llegó a mi oficina y, sin decir palabra, se acercó para besarme. Cerró sus ojos y se aproximó a mí. Yo no me opuse y le permití hacerlo. Fue un beso tímido, delicado, suave y duradero. Su lengua exploró mis labios y jugueteó con mi lengua por largo rato, indiferente a lo que pasara a nuestro alrededor. Mientras lo hacía su respiración se fue agitando, poco a poco, pero no pasó nada distinto a prolongar aquel beso que, quizá, tanto ella como yo, habíamos estado esperando por mucho tiempo. Tal vez, y sin ambos saberlo, desde el mismo instante en que nos conocimos. Y así como llegó, de un momento a otro, interrumpió aquello y salió sin decir nada.
    
    Aquello me tomó por sorpresa y, claro, me excitó, pero no pasó por mi cabeza aprovecharme de la situación, acariciar su cuerpo o algo así, quizá un tanto prevenido porque no era el lugar ni el momento más oportuno. ¡No sé! Simplemente pasó y yo permití que pasara. Más tarde, cuando las oficinas cerraban y todos salían, nos encontramos en el pasillo, y solo nos limitamos a despedirnos como siempre lo hacíamos. Hasta mañana, Xiomi. Hasta mañana, que estés bien, contestaba. Ya era costumbre hacerlo, casi un ritual. Yo, pasara lo que pasara, siempre iba hasta su oficina tan solo para despedirme con ese “hasta mañana, Xyomi”, recibiendo de ella siempre la misma respuesta. Pero aquella tarde algo pasó. La despedida fue la de siempre, pero yo la percibí diferente.
    
    En los ...
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