1. Una fiesta inolvidable


    Fecha: 22/10/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... respiración acelerada.
    
    En ese momento había olvidado totalmente a F quien de seguro estaría buscándome por toda la fiesta,
    
    Me apoyaste en un árbol y empezaste a subir tu mano por mi falda hasta llegar a mis nalgas que apretaste fuerte mientras me decías que no habías podido olvidar mi culo que te recibió tantas veces y con un tono morboso me preguntaste si F ya había estado allí. "Sólo has estado tú, mi culo sólo ha sido tuyo"
    
    Vi como tus ojos ardían ante mi respuesta y procedías a arrodillarte metiendo tu cabeza bajo mi falda mientras me decías "Sabía que no llevabas ropa interior, sigues siendo una perrita, mi pequeña perrita"
    
    Yo afincándome sobre mis talones y apoyándome en el árbol abrí mis piernas para que tu accedieras a mi vagina que indudablemente extrañaba tu roce. Empezaste a lamer mi clítoris, primero lentamente, como si comieras un helado y luego aumentaste tu velocidad como si en realidad quisieras desprenderlo de mi cuerpo. Me corrí en tu cara bañándote de mis dulces jugos. Sacando tu pañuelo para secarte me dijiste "Ese sabor jamás lo podré olvidar".
    
    Luego parado frente a mí me tomaste por la nuca y me arrodillaste para que te mamara tu gigantesco pene que casi me ahogaba cuando tratabas de metérmelo completo en la boca. Cuando estabas casi a punto me levantaste y me diste vuelta quedando mi rostro pegado al árbol mientras me decías "Ábrete como la puta que eres, enséñame ese culo que es mío".
    
    Obediente, con mis dos manos abrí mis nalgas para ...
    ... que pudieras acceder a mi ano que tratabas de dilatar con dos dedos. Una sensación deliciosa que tenía mucho tiempo sin probar pues F aun no lograba despertar ciertos demonios escondidos en mí… sin embargo tu, experto en esas lides, quien me enseño el placer de recibir una verga dura en mi culo, solo le bastaba chasquear los dedos para entregártelo sin pudor.
    
    Sentí como tu miembro duro se abría paso en mi ano haciendo que se me escaparan grititos de dolor y placer.
    
    "Ya va a entrar completo, pequeña, sabes que te gusta todo"
    
    Efectivamente, me gustaba todo tu pene, me encantaba tener tu verga en mí, y te extrañaba.
    
    Empezaste a bombear con un ritmo suave pero contundente mientras besabas mi nuca y me apretabas los senos. Me decías lo mucho que me extrañabas, que habías estado con muchas pero que ninguna de ellas era tan pervertida, tan perra, tan única como yo. Entretanto yo con una mano me masajeaba mi clítoris en búsqueda de un placer extremo. De vez en cuando dejabas tu verga enterrada en mi culo profundamente para meterme dos dedos en mi vagina y a través de ella sentirte dentro de mí. Me hiciste enloquecer y gritar mientras me tapabas la boca para evitar ser descubiertos.
    
    Debo admitir que a F le hacía falta mucho para ser como tú, le sobraba ternura, pero le faltaba perversión, esa de la que tú te jactabas conmigo.
    
    Seguiste reventándome mi culo hasta que me susurraste en el cuello "Acaba, que ya te voy a llenar de leche". Al escucharte sentí que mi cuerpo ...