1. Una fiesta inolvidable


    Fecha: 22/10/2022, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Era la graduación de tu mejor amigo como abogado, tú y yo teníamos un tiempo separados, hacía casi un par de años que decidí dar por terminada una relación que se convertía en tóxica y nos dañaba a ambos. Sin embargo, Alberto insistió tanto en que debía ir que terminé prometiéndole que ahí estaría a sabiendas que podría encontrarte y eso en realidad lo había evitado muchas veces, como sé que tú me evitaste otras tantas. De hecho, los pocos encuentros que habíamos tenido después de la ruptura fueron de minutos y sin intercambiar casi palabras.
    
    Yo tenía cinco meses saliendo con otra persona la cual me acompañaría a ese evento, tal como le informe a nuestro amigo quien dijo enseguida "¡Claro! tráelo que no hay ningún problema"
    
    Esa tarde mientras me preparaba para la fiesta, pensé que lo mejor sería continuar evitándote, sólo saludarte y dejarte pasar. Además, quizás estarías acompañado al igual que yo y mi objetivo era disfrutar de la reunión. Me puse mi vestido azul oscuro de cóctel, mis grandes zarcillos de plata y unos zapatos a juego altos pero muy cómodos. A mi pareja de esa noche le encantaba que llevara el cabello suelto y decidí complacerlo. Tomé mi cartera y salí al encuentro con mi acompañante quien de traje me esperaba en su vehículo.
    
    "¡Qué bien te ves!" me dijo F, dándome un tierno beso en la boca, "Voy a portarme bien esta noche para que me recompenses luego, hoy no habrá escena de celos ni malas caras de mi parte, lo prometo".
    
    Cabe destacar que mi ...
    ... amigo tenía una fuerte personalidad machista y sus celos se disparaban tan solo porque le sonriera a un desconocido. Sin embargo, era un hombre muy inteligente y educado, cosa que me encanta y hacia ver sus defectos minimizados.
    
    Mi nuevo amigo y yo llegamos a la reunión y fuimos recibidos por Alberto aun con toga y birrete, blandiendo una copa gigante en sus manos de la que hacia beber a todos los invitados que llegaban a la fiesta. Al verme, Albertico gritó: "L, amiga, ¡sabía que estarías aquí!" al mismo tiempo que me daba un beso sonoro en la mejilla acompañado de un abrazo fuerte que casi me deja sin aire, seguido de un sorbo obligado de aquel champañizado que contenía en su copa.
    
    "Bebe amiga, que la vida a mí me comienza hoy y nunca sabemos que puede pasar en el siguiente par de minutos" dijo como si de una premonición se tratara.
    
    Le presenté a mi acompañante que miraba muy serio nuestro saludo. Al percatarme de la mirada de F como si quisiera fulminar a Alberto, me le acerqué y le susurré al oído "Recuerda tu promesa, sabes que mis recompensas por portarte bien a ti te gustan mucho".
    
    F de inmediato sonrió y me tomó la mano de esa manera que él tenía, como si su mano fuese una cadena que indicaba propiedad. F era muy alto, blanco de unos impactantes ojos verdes que contrastaban con su cabello negro azabache. Caminaba como si fuese dueño del mundo y su voz de tenor retumbaba cuando algo le hacía subir de tono. Era un macho mediterráneo que pensaba que su pareja era ...
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