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Mujer vendida por su marido
Fecha: 08/10/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Rambo44, Fuente: CuentoRelatos
Les vengo a contar otro de estos juegos que le propongo a mi pareja sobre inventar historias, creo que ese es mi talento. Una noche de esas que vas a dormir, pero se cruzan las ganas un segundo y ya te pueden, ya no es lo mismo no podes sacarte la idea de gozar. Gire en mi cama y apoyé a mí mujer, ella dormida, comenzó a sentir mi bulto ya duro entre sus nalgas sumado a mis besos en su cuello y caricias, comprendió mis intenciones, al principio no cooperó, pero como toda mujer si sabes mimarla no soportan la tentación. Comenzamos a besarnos, ella no tardó nada en sujetarme el miembro y decirme lo grande que estaba. Yo ya no pude con mi ingenio y comencé el juego. -Bueno ya le pagué a tu marido vamos a empezar. Su risita lo decía todo, otra vez la envolvía en mis juegos de lujuria. -Hace mucho te vende tu hombre? -No, pero necesitamos el dinero Solo dijo eso y sola se dirigió a mi pene y comenzó a besarlo y chuparlo como sabe. Mis primeros gemidos con solo verla metérselo en la boca me calentó de una manera. -Ay bebé cómo ...
... la chupas toda una profesional -Vos decís? -Sí que suerte tu esposo -cerraba los ojos gozando sus constantes chupones y lamidos- se ve que te gusta. -Si me encanta -lo dijo pasando su lengua todo a lo largo de mi miembro y eso me enloqueció. -Y qué pasa si a él le pagan mujeres, lo dejas que se lo cojan? -Si pagan bien si, cual es el problema? -Ninguno bebé Aclaro que en ningún momento dejó de tocarme y besarme el pene que ya estaba todo mojado a esa altura. El placer era terrible y mi mente solo inventaba situaciones para ser más grande ese placer. -Y si te vende a un hombre y llegas y hay dos? Se dedicó unos segundos a sacar todo el sabor de mi pene y luego me descolocó con su respuesta. -Mmm mejor, el sueño de toda mujer tener dos pijas No podía creer lo que escuchaba, era una mezcla de calentura con excitación al máximo nivel, le tomé la cabeza e hice que se tragara todo mí pedazo, sin una sola queja suya, una y otra vez. -Ay putita no podes estar tan buena. Ella solo se rio y siguió sus deliciosas chupadas...
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